La experiencia anarquista de Diamante

La experiencia anarquista de Diamante: lucha de clases, represión y legislación obrera, 1929-1937

Por Rodolfo Leyes

“Para ser fuertes, sosteníamos, tenemos que tener una conducta recta y clara;
que las autoridades sepan que no tenemos interés en derrocarlos
porque ésa no es nuestra política ni nuestra intención,
pero que tampoco tenemos por qué consultarles
ni darles injerencia en nuestros asuntos sindicales,
en tiempos de agitación electoral, como insinuando
que si nos daban facilidades votaremos su política.”
Ángel Borda, dirigente de la FOCE
(Borda, 1987: 40-41)

Introducción

El presente ensayo analiza desde un punto de vista histórico la experiencia de los anarquistas vinculados a la Federación Obrera Comarcal Entrerriana (FOCE) entre los años 1929, inicio de la reorganización de los sindicatos de la costa del Paraná, hasta 1937, cuando el fracaso de una huelga hace desbarrancar el principal núcleo de militancia sindical anarquista de la provincia de Entre Ríos.

El interés particular de estudiar esta experiencia reside en tres cuestiones. La primera de índole historiográfica, vinculada a la idea equivocada de que el anarquismo desapareció del movimiento obrero en 1910 (Suriano, 2001). Demostrar su permanencia y crecimiento da cuenta de ello. El segundo es de orden teórico, se busca reconocer desde una perspectiva marxista, cómo determinadas fuerzas productivas condicionan el desarrollo sindical y su forma de relacionarse con el Estado. Finalmente, el tercer motivo es de orden histórico, mostrar como la lucha de clases desencadena transformaciones en el Estado, dando muestras empíricas de su adaptación a los nuevos contextos de dominación.

La historia sobre el movimiento obrero en general y el anarquismo en particular, está siendo revisada por estudios novedosos, que ponen en discusión el paradigma dominante. Agustín Nieto propuso hace un tiempo, reunir buena parte de las críticas que se habían levantado contra el “Sentido Común historiográfico” sobre los ácratas argentinos. Señaló en aquella oportunidad a la obra de Juan Suriano (Ibídem) como la responsable de difundir una imagen distorsionada del anarquismo. Entre sus objeciones se destaca entender al anarquismo: como un hecho fundamentalmente de Buenos Aires y su zona próxima, el desarrollo de una política “ultra-revolucionaria” de todo o nada, una relación de negación a la participación del Estado en los conflictos, y finalmente, corresponder el anarquismo con la experiencia de la F.O.R.A. y con el recorte cronológico 1890-1910 (Nieto, 2010). A estos elementos críticos debemos agregar que la obra de Suriano destaca en sobremanera el papel de los intelectuales doctrinarios y no realiza ningún análisis particular de la práctica sindical. Cuestión fundamental y motivo por el cual los anarquistas desplegaron todos los otros elementos de intervención, en particular su política cultural.

Las historiografías oficiales buscan esconder detrás del espeso manto de la ideología dominante la verdad histórica con argumentos más o menos sofisticados. En el caso del anarquismo, lo que Suriano y su séquito han querido mostrar –u ocultar, según desde donde se mire- es la política de Yrigoyen. Para ellos, la política de primer presidente elegido por la Ley Sáenz Peña era negociadora, por lo tanto, operó en detrimento de los anarquistas siempre dispuestos a la acción directa y a favor de corrientes más negociadoras del movimiento obrero, como serían los sindicalistas. Queda en el tintero la pregunta por los miles de fusilados en la Semana Trágica, Gualeguaychú, Villaguay, Jacinto Araúz, la Patagonia, La Forestal y varios etcéteras que vamos a omitir para ahorrar el trabajo de ubicar en el mapa de la represión yrigoyenista. Política de la cual, “el peludo” fue responsable por acción y omisión. Pero que muestra lo que nos nuestros acrólogos prefieren omitir: en la “República verdadera”, por lo tanto, democrática, se atacó a trabajadores tanto como en otros periodos sin importar su ideología. Los votos no blindan los cuerpos obreros contra las balas burguesas. Y esa es la operación que este “sentido común” oculta detrás de una historiografía al servicio de la clase dominante y no de la ciencia, por lo tanto, de la verdad histórica.

Resulta llamativo que el “sentido común historiográfico” se imponga sobre científicos sociales, que se supone, deben mirar las pruebas y no los discursos hegemónicos. Varios trabajos han mostrado como el anarquismo se mantuvo vivo con mayor o menor éxito, por lo menos hasta la década del `40 dentro del movimiento obrero argentino. (Anapios, 2007; Etchenique, 2011; Suriano, 2005; Ascolani, 2009. Doeswijk, 2013; Iñigo Carrera, 1986; Ceruso, 2011; Benyo, 2005; Nieto, 2018. López Trujillo, en prensa; Sartelli, en prensa). La experiencia de la FOCE, resulta útil para mostrar que tan errado está el “sentido común historiográfico”: se trata de anarquistas fuera de Buenos Aires, una política que en muchos casos está vinculado a la idea de “golpe y negociación”, pedidos al Estado cuando las fuerzas obreras no eran suficientes para vencer a la patronal, una relación tibia con la F.O.R.A. y una clara vinculación con otras experiencias como fue la Federación Anarco-Comunista Argentina (FACA) y desde luego, casi dos décadas más adelante de la fecha escrita en el acta de defunción historiográfica, rubricada por Suriano. Comprobamos que el sentido común es justamente eso, un rejunte de prejuicios que perdió de vista la complejidad con la que se desarrolló la historia de la clase obrera. Más dinámica que los esquematismos propuestos por la Academia burguesa.

Por nuestra parte, para comenzar el estudio de esta experiencia tan particular de anarquistas entrerrianos, tenemos la suerte de contar con la memoria escrita de un destacado dirigente de la FOCE para comenzar a historiar su desarrollo. En efecto, el primer trabajo que da cuenta de la vida de la experiencia libertaria es la obra póstuma de Ángel Borda, Perfil de un libertario (Borda, 1987). En ella se publicaron cuentos, poesías y memorias del propio Borda y algunos de sus compañeros sobre su experiencia militante. Lo fundamental de la obra es la relación que se plantea en la forma de construcción de la herramienta de lucha –el sindicato- y como articularon su estrategia. También hay referencias a la relación con el Estado y sobre la fuerte represión del año 1937. (Ibídem: 39-41) El trabajo de Borda sirve como fuente de primera mano y es un buen punto de partida.

En producción académica, el trabajo de María del Carmen Arnaiz es el más antiguo y completo hasta el momento sobre la Comarcal. (Arnaiz, 1991) En él, se da cuenta de los aspectos más sobresalientes de la vida sindical libertaria, de sus prácticas y luchas. Reconoce que una de las fallas estratégicas de la FOCE fue su separación de la Unión Obrera de la Provincia de Entre Ríos (UOPER). La reconstrucción del estudio fue hecha con prensas sindicales de la época de diversas tendencias y con entrevistas orales disponibles en aquel momento en el Instituto Di Tella. Hoy día, inhallables en dicha institución. Diremos que es un trabajo completo en mostrar los contornos del objeto de estudio, sin embargo, su déficit es la mirada de la autora. Marcado con un fuerte impresionismo, Arnaiz destaca situaciones que no son tales y parece desconocer otras realidades más complejas. Por ejemplo, habla de Entre Ríos como una “estructura insular” (Ibídem: 283 y ss.) con la cual explica parte de los fracasos y particularidades de la estructura sindical y económica de la provincia en cuestión. Escenario que parece real en términos geográficos, aunque no impidió la integración económico-sindical de la provincia, hecho que se comprueba si se comparan los principales sindicatos con provincias “continentales”, como es el caso de Santa Fe. Con respecto a la reconstrucción, en muchas instancias tienen un valor fuertemente descriptivo, por encima de lo explicativo. Con respecto a la vinculación entre los sindicatos y el Estado, no agrega más que lo dicho por Borda.

En “Rehacer todo lo destruido. Los conflictos obrero-rurales en la década 1927-1937”, (Sartelli, 1993: T. 3, 241-291) Eduardo Sartelli realiza una mirada holística sobre la situación sindical en la región pampeana. En ese contexto da cuenta del proceso de reorganización entrerriano y como los ácratas tuvieron un papel destacado. Por tratarse de una obra que buscó ordenar toda la historia sindical de la época, haciendo eje en el conflicto, el análisis gira en torno a reconocer las luchas y si los obreros ganaron o perdieron. Un análisis más complejo tiene el mismo autor en su tesis de doctorado, en la cual explica que las comarcales y departamentales,[1] sirvieron como base y agrupamiento de los sindicatos de oficios, especialmente cuando se contaba con mayoría de sindicatos de tipo rural, que por su dispersión económico-estructural necesitan una referencia organizacional para nuclearse. (Sartelli, en prensa. Cap. XI).

En un ángulo similar, pero vinculado al proceso de “estatización” sindical, Adrián Ascolani escribió en su libro El sindicalismo rural en la Argentina sobre la FOCE. (Ascolani, 2009: 186-196) También comparte con Sartelli la mirada sobre el conjunto de los sindicatos pampeanos, a pesar de que su título sea sobre el sindicalismo rural, se omiten referencias al ámbito extra-pampeano. Sin embargo, la mirada de Ascolani sobre la experiencia es negativa. Para el autor se trata de experiencias –analiza otros casos similares- de comarcales de corte revolucionarias, a las que tilda de “utopías” y en las que explica su fracaso a partir de la represión, aunque no se refirió a ningún caso en particular. Destaca la perspectiva historiográfica a favor de la tesis del fin de las causas revolucionarias, aunque no explica cómo fue que esto sucedió. El último trabajo al respecto de la FOCE es el de Clara Vuotto, del cual conocemos un adelanto, a través de una ponencia. (Vuotto, 2013) La autora se centra en las prácticas sindicales en el sentido estricto. En ella destaca el uso de la acción directa, sin embargo, se omiten la relación con el Estado como mediador, de la cual Borda fue vocero muchas veces. En este aspecto, debemos destacar el mérito de comenzar a profundizar los debates, más que repetir lo que ya sabemos.

Como vemos, hay poco más que agregar en los aspectos generales de la experiencia anarquista entrerriana. Sin embargo, nuestro aporte será en tres dimensiones: Plantearemos como era el ambiente material del cual surgieron las contradicciones que empujaron a una masa de asalariados a constituir su herramienta de lucha económica. En segunda instancia, el desarrollo de la herramienta –el sindicato para el estudio de caso- y cómo fueron sus luchas, y, por último, destacaremos el enfrentamiento con la patronal y el Estado, indicando, el peso de la propaganda anti-sindical, emanada por algunos periódicos, que obraron como voceros de las fuerzas más conservadoras de la clase dominante. Con estos elementos mostraremos el peso de la represión que puso fin a la última experiencia de sindicalismo anarquista de masas de la provincia de Entre Ríos, pero también, como la presión inter-burguesa es un elemento que se debe considerar a la hora de explicar las medidas tomadas por parte del Estado en la construcción de la hegemonía burguesa.

Para reconstruir este momento tan importante de la vida de la clase obrera entrerriana utilizamos diversas fuentes. Reconstruimos la situación material a partir de estadísticas estatales que muestran el desarrollo de las actividades económicas. La lucha y organización sindical lo haremos con prensas sindicales, burguesas y material producido por el Estado, en particular, información del Ministerio del Interior. Creemos que con dichas fuentes podemos tener una imagen fidedigna de la realidad histórica que se pretende reconstruir.

El terreno de disputa: capitalismo agrario y crisis económica

El desarrollo capitalista en Entre Ríos giró en torno a la producción agro-cerealera, la ganadería y sus industrias derivadas. Llegada la década del `20, la burguesía comenzó un proceso de renovación tecnológica beneficiada por los altos precios agrarios. Estas transformaciones en el aparato productivo, cambió por completo el modelo de acumulación y sacudió la estructura social que se desarrolló desde fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX.

En efecto, la nueva oleada de inversiones golpeó con fuerza la sociedad. El siguiente extracto de una nota de opinión del periódico El Debate, de la ciudad de Gualeguay, titulado “Nacionalismo y trabajo” nos brinda un panorama de la situación económica y de la industria provincial en particular:

No hemos de reeditar las consabidas protestas contra el desarrollo del maquinismo, causante de la desocupación de grandes masas de trabajadores. Ese desarrollo parece un hecho fatal, o poco menos, dentro de la organización económica y del progreso técnico de la industria moderna; pero es también evidente que, sin necesidad de recurrir a medidas violentas para evitar la suplantación del trabajo humano por la labor de la máquina, los perniciosos efectos del fenómeno se atenuarían si en las fábricas se apelara a la máquina únicamente cuando su empleo es indispensable. De esa suerte, el despido de obreros, por no ser necesarios sus servicios, sería menos frecuente y no se crearía las legiones de desocupados sino en proporción mucho más reducida que la que se verifica ahora. Creemos conveniente recordar que, si la falta de trabajo para los obreros industriales se debe en gran parte a la depresión económica actual, que ha obligado a tantas y tantas fábricas a cerrar sus puertas, y a otras a reducir su producción, no ha de ser menor la parte que corresponde al perfeccionamiento de la maquinaria, que permite mantener, con menos obreros, un nivel dado de rendimiento.

En nuestro país, que no es un país industrial y cuyas industrias, excepto las básicas, entran en la categoría de industrias protegidas, los fabricantes no se ven presionados por la necesidad de abaratar la producción; por eso es doblemente lamentable la presteza con que, seducidos por la perspectiva de ganancias mayores, muchos de ellos recurren a la máquina, dejando sin trabajo, por lo tanto, a una porción más o menos numerosa de su antiguo personal…[2]

Claramente el autor de la nota cree que la elección de una máquina o no, es voluntad del burgués en cuestión, y no una necesidad del sistema capitalista, que exige estos aparatos para sostenerse. Asimismo, la nota da cuenta de que la desocupación reinante del periodo tiene que ver con la mecanización, además qué, agrega, la crisis comercial profundizó el problema. La evolución cuantitativa del número de industrias, su ocupación y finalmente, la fuerza motriz en HP, nos acerca a un panorama del ambiente industrial provincial. En 1914 había 2.382 establecimientos que ocupaban 18.004 obreros con una capacidad instalada de 12.672 HP. En el año 1937, el número de establecimientos operando se había reducido a 987, el número de operarios a 12.667 sin embargo, la maquinaria instalada se había ampliado, juzgando por los 55.528 HP instalado.[3] Un cálculo promedio nos indica 4,38 HP por cada trabajador ocupado en 1935 contra el 0,7 HP por obrero en 1914.

A pesar de la situación de la industria, la provincia de Entre Ríos es eminentemente agraria. Por empezar, la ganadería se vio menos afectada en su evolución cuantitativa, exceptuando el caso del ovino, que pasó de 3.412.809 lanares a 2.330.831 ovejas. Los vacunos entre 1927-1937 prácticamente se mantuvieron en los dos millones quinientos mil animales, y en el caso de los caballos incluso se incrementó su número en el mismo periodo, alcanzando los 723.586 caballos.[4]Finalmente, la agricultura vivió este mismo proceso de estancamiento, con una leve mejoría para 1937. Si comparamos la situación en el año 1932, el momento más profundo de la crisis según los contemporáneos, vemos que hubo 1.370.709 hectáreas sembradas, predominan los cereales finos, el trigo con 352.495 hectáreas y el lino con 656.880. Para 1937, la situación a penas si había mejorado. Existieron 1.481.336 hectáreas sembradas, de las cuales, 363.767 eran de trigo y 503.584 de lino.[5]

Como se ven, las variables muestran un estancamiento, incluso una retracción. Pero no debemos olvidar el proceso de mecanización de las tareas agrarias, origen de las transformaciones más profundas del proceso productivo. Uno de los casos paradigmáticos fue el creciente reemplazo de las grandes trilladoras por las cosechadoras-trilladoras. Hacia 1914 existían 936 de las primeras contra 43 de las segundas, para 1937, las trilladoras alcanzaban las 1.174 contra 2.453 cosechadoras trilladoras.[6]

Más allá de las maquinarias contadas por unidades, lo más importante eran las características. Mientras una de las viejas trilladoras llegaba a ocupar entre 22 a 25 trabajadores, una cosechadora-trilladora lo hacía con solo 5 a 6 trabajadores, realizando la tarea más rápida, asociando la cosecha con la trilla y no como dos momentos separados como hasta entonces. (Sartelli, 1997) A esto deberíamos agregar que, esa mano de obra puede ser de miembros de la familia del chacarero, lo cual reduce aún más la demanda de obreros.

Otro cambio que hizo retroceder la demanda de trabajadores fue la adopción del camión, en reemplazo del carro cerealero. Éste ayudó a la reducción del tiempo de transporte, además, su utilización sirvió al reemplazo de las características bolsas de arpillera habilitando el transporte a granel, que consecuentemente facilitaba el uso del elevador de granos, lo que disminuyó el trabajo de estiba en los puertos y estaciones de trenes. Como lo señalaba el periódico sindicalista El Despertar, de Concepción del Uruguay:

Sabido es que en el interior de nuestra Provincia la vida económica depende del movimiento que trae en sí el movimiento de las cosechas (…) que depende en gran parte del movimiento de jornales que reciben los trabajadores galponeros por su trabajo en los galpones, y el movimiento de bolsas hace más activo el comercio, da más vida localmente, pues con buenas cosechas pueden trabajar hasta cuatro o cinco meses. El elevador viene a restringir estas entradas en un 70% en cada localidad, ya que donde antes se empleaban para los trabajos de movimientos del cereal 15 hombres no bien llega la máquina, se tornan a penas 3 o 4 hombres y estos solo deben pensar en trabajar apenas dos meses cuando mucho (…) Esto trae como consecuencia inevitable la considerable disminución de medios de adquisición que además de colocar a los trabajadores al borde de la mayor miseria trae también como reflejo de esto la decadencia del propio comercio, que va muriendo lentamente, y se hallan en la necesidad de emigrar buscando nuevos horizontes…[7]

La mecanización explica como en un periodo de crisis comercial, la producción se mantiene e incluso se incrementa, así como explica la desocupación persistente. Vinculado a la cita anterior, debemos dar cuenta de los 1.948 kilómetros de vías férreas, con un total de 119 estaciones que poseía la provincia en 1934. (Provincia de Entre Ríos, 1935: 67). Hecho que expone el peso de los obreros vinculados al transporte, a la carga y la descarga de mercaderías.

De los tres cuadros precedentes se desprende la profunda crisis en la que se encontró la provincia. Vemos en casi todas las variables que se cuantifican de las estadísticas oficiales, la paralización y retracción de las actividades productivas, exceptuando algún pico particular. Decía el Gobernador Eduardo Tibiletti, en el inicio de las sesiones legislativas en julio de 1937:

La postración de la economía general originada por seis años de sucesivos contrastes de las actividades agropecuarias no se entonó –y lo digo con todo pesar, pero con franqueza- no obstante, el esfuerzo denodado de los productores y la decidida acción del fomento del Gobierno tendiente a estimular el resurgimiento de la prosperidad. Se nota, con la marcada elocuencia de las cifras de exportación y los datos extraídos de la estadística que el año agrícola 1935/1936 fue de resultados inferiores en calidad y cantidad debido a la acción destructora de la plaga que con regularidad cíclica devasta nuestros sembrados.[8]

Las palabras del gobernador, aunque señaló la acción destructora de la langosta –en otros casos será la lluvia, en otras la sequía- mostró una situación de crisis económica. Detrás de esto, como dijimos más arriba, la desocupación es el elemento estructural novedoso. La temprana conformación de una masa de desocupados que se mantiene a duras penas y en la mayoría de los casos terminó por abandonar la provincia, fue el resultado de una aguda y persistente crisis. (Leyes, 2015)

En síntesis, estamos en uno de los momentos más profundos de la crisis económica, desencadenada por la sustitución de mano de obra por máquinas y la retracción del comercio. Asimismo, plagas como la langosta o las inclemencias climáticas, no hicieron más que complicar el panorama productivo.

Libertarios organizadores

El grupo de anarquistas que estudiamos, como ya se dijo, tuvo su centro de agitación en la ciudad de Diamante, en el sur-oeste de la provincia de Entre Ríos, sobre la costa del río Paraná, a 40 kilómetros al sur de la ciudad homónima. Además, el puerto de Diamante funcionó como puerto de salida y cabecera del ramal del Ferrocarril del Estado Diamante-Curuzú Cuatiá (Corrientes). Situación estratégica que permitió desarrollar luchas con trabajadores de otras zonas estructuradas a través de ese medio de transporte.

Las tareas de organización comenzaron con fuerza a fines de los años veinte con la organización de los estibadores del puerto, y desde allí, emprendieron la labor de constituir a otros gremios, ampliando la actividad gremial fuera de la localidad en cuestión. El presente apartado trata de historiar la forma de organizarse, la relación con los trabajadores de otras localidades, con las patronales y el Estado.

Los inicios

En agosto de 1929 se logra reorganizar a los albañiles de Diamante. Así comienza el primer núcleo de obreros de esta localidad después de años de desaparecida la organización obrera.[9] Pero no es hasta octubre que se conforma en el puerto de Diamante, el Sindicato de Estibadores que logró afiliar a la mayoría de los trabajadores. Para ello, los estibadores contaron con el apoyo de los trabajadores de la Unión Obrera Local (UOL) de Santa Fe. Fueron tan promisorias las expectativas que se realizaron dos actos públicos en la plaza principal. Colateralmente, se reorganizó el sindicato de carreros de la misma ciudad. Pocos días más tarde, el sindicato de estibadores había sumado varios jóvenes militantes, mientras en la localidad de Strobel –a unos 5 km. de Diamante- también los estibadores estaban en vías de constituir su propio sindicato. La información concluía: “El panorama sindical se vislumbra pletórico de promesas para los explotados (…) pronto las campiñas montieleras tendrán su bautismo sindical y la burguesía de esta provincia pagará algo de lo mucho que le debe a sus esclavos.”[10] Días después Bandera Proletaria, órgano de la Unión Sindical Argentina (USA) hacía un balance de las tareas realizadas hasta el momento:

…se han organizado en la localidad de Diamante cinco sindicatos, de albañiles, estibadores, conductores de carros, oficios varios y panaderos, habiendo cooperado en los primeros momentos la U.O.L. de Santa Fe. Luego los camaradas de Diamante, entre ellos el compañero A. Borda, Ramírez y otros continúan activa y entusiastamente la agitación por la provincia, habiendo organizado el sindicato de estibadores de Strobel. En estos momentos los trabajos de organización y propaganda obrera agitan al proletariado de las localidades de Aranguren, Viale, Seguí, M. Grande, Crespo y Victoria, y no dudamos que se extenderá a otras localidades. ¡Ojalá sea en toda la provincia! ¡Adelante camaradas! (…) No hay que olvidar que en la provincia de Entre Ríos hubo 130 sindicatos obreros organizados los que libraron regias luchas contra el capitalismo escribiendo una página brillante en la historia del movimiento obrero del país.[11]

Con esta vigorosidad se puso en pie uno de los principales polos de agitación sindical de Entre Ríos. La tarea no terminó allí. Los estibadores de Diamante confeccionaron un pliego que presentaron a las casas cerealistas, mientras se esperaban las noticias de las gestiones que llevaba a cabo por el antes citado Ángel Borda, en función a la reorganización sindical en el interior provincial. A mediados de diciembre, se informó que estaba en vías de organización un sindicato de clasificadores y apartadores de cereal y, se realizó un llamado a los conductores de carros a mejorar su sindicato.[12]

El fin de año terminó con una asamblea de los estibadores del puerto de Diamante. Se aprobó un pliego de condiciones que se presentó días después las casas cerealistas. Dos días más tarde, frente al desconocimiento patronal del pliego, se declararon en huelga. Acto seguido, las casas cerealistas solicitaron la presencia policial y la militarización del puerto. Los trabajadores calificaron de exageración la medida. No se tardó en apresar a uno de los delegados de la UOL de Santa Fe y amedrentar a los huelguistas con amenazas. Por su parte, los obreros contaban con el apoyo del gremio de Carreros que se declaró en huelga solidaria, lo mismo que los estibadores de Strobel. A la propuesta de intervención como mediador del jefe de policía se respondió que solo con las casas cerealistas se negociaría. Al cuarto día de huelga, unos setecientos obreros se mantenían sin trabajar, por lo cual, el Departamento Provincial del Trabajo (DPT) se hizo presente en la persona de su director, Acebedo Recalde, para ofrecer la mediación. En este caso, el sindicato respondió afirmativamente, siempre que logrera una reunión tripartita: Gremio, Empresas y Estado. Al día siguiente, comenzaron a recibir los telegramas de las empresas que aceptaban la propuesta, pero desconociendo al sindicato. Por lo cual, los obreros rechazaron las contestaciones y mantuvieron el conflicto. En tanto, la militarización se había extendido a la estación de Strobel, donde unos 80 conscriptos habían acampado y patrullaban la zona. (BP, 21/12/1929: 5-6). Veinte días les costó a los obreros vencer la intransigencia de Dreyfus y Bunge y Born, quienes serían sus principales rivales:

Esta victoria es valiosa, porque evidencia la importancia del resurgimiento del proletariado de Entre Ríos, la potencialidad de los organismos reorganizados y la conciencia de esos obreros, que hará que ocupen uno de los puestos de avanzada entre los trabajadores organizados del país.[13]

Concluía Bandera Proletaria. Mientras tanto, los estibadores de la Estación Tabossi, pequeño poblado en el área de influencia de los anarquistas, se declaró en huelga. Los diamantinos enviaron a Borda a dar apoyo y dirección al sindicato. Al llegar a Estación Tabossi, se encontró con una fuerte negativa de la patronal y la presencia de rompe-huelgas. Borda se dirigió a Paraná a tratar directamente con las gerencias de las casas cerealistas. Éstas se comprometieron a solucionar el problema y despedir al personal advenedizo, sin embargo, cuando Borda volvió a Tabossi, los carneros seguían ocupados y las puertas cerradas a dialogar. Por lo cual, los estibadores de Diamante y Strobel declararon el boicot a los vagones cargados y la paralización de las tareas en los galpones de la firma Jarolasky del puerto de Diamante. Frente a este movimiento, los patrones intentaron en tres oportunidades arreglar la disputa, pero no se llegó a un acuerdo por la presencia de rompehuelgas que trabajaban bajo la custodia policial en los galpones boicoteados. Día y medio después de la huelga y el boicot, los patrones firmaron el pliego: “La fuerza da mayores resultados que las gestiones amistosas” titulaba Bandera Proletaria, celebrando el triunfo de los estibadores de Tabossi.

El efecto contagio impulsó la reorganización el Sindicato de Oficios Varios (SOV) de Aranguren, que con la presencia de un diamantino logró superar conflictos internos que los mantenían separados y declarar allí mismo la huelga a las casas cerealistas. Situación similar se dio en Ramírez, donde la presencia del delegado de Diamante, Eduardo Juárez, organizó un sindicato análogo y se declaró en huelga.[14]Al mismo tiempo, los estibadores de Diamante, celebraron la firma del pliego presentado a la compañía Mihanovich, después de treinta y cinco días de huelga y, el boicot solidario de los estibadores de Santa Fe, Rosario y Paraná.

En Ramírez, los estibadores lograron sus demandas, mientras en Aranguren, el delegado de Diamante, Eduardo Juárez, había sido expulsado del pueblo. Días más tarde un nuevo delegado -el activo Ángel Borda- se hizo presente y logró la firma de la mayoría de las casas.[15] Los puntos más destacables del pliego firmado en Ramírez, ante la presencia del presidente del DPT fueron, además de ajustes salariales, el reconocimiento de un delegado por galpón, la abolición del destajo, quedó prohibido ser ocupado alcoholizado y la contratación de personas ajenas al lugar de trabajo. Finalmente, hay que destacar la firma de un acuerdo que, en caso de conflicto, patrones y obreros designarían un delegado para discutir frente al Departamento Provincial del Trabajo.[16]La intransigencia anarquista dio paso a una estrategia más moderada pero efectiva.

Las tareas organización no se detuvieron. A fines de febrero, se logró la reorganización de los ladrilleros de Diamante y comenzó un nuevo conflicto cuando los patrones desoyeron el pliego presentado. En Crespo se había logrado la organización de los estibadores de los galpones cerealeros y emprendido un boicot contra una de las casas de acopio de Lucas González, por la contratación de personal no federado. (BP, 08/02/1930: 3. BP, 15/03/1930. BP, 22/03/1930). El conflicto en Aranguren continuaba por la presencia de carneros. (BP, 22/02/1930: 1, 3-4. BP, 01/03/1930: 2-3. BP, 08/03/1930.) Por lo tanto y a forma de mantener la huelga, los obreros de Diamante realizaron un acto novedoso, la llamada “changa solidaria”:

“Hace unos días el Sindicato de Estibadores de Diamante tomó una resolución que esperamos sea imitada, que ella obedece al deseo de dejar realmente sentada la solidaridad práctica. Y fue en el sentido de traer al puerto grupos de diez o más compañeros y darles 5 o 6 días de trabajo para que los compañeros huelguistas pudiesen hacer frente a apremiantes necesidades en sus hogares” (BP, 15/03/1930: 2-3).

Esta forma novedosa de saltear la necesidad, sobre todo cuando los sindicatos no tienen arcas para sostener a los compañeros en conflicto, fue sumamente efectiva y se mantuvo durante todo el periodo de estudio.

En Crespo, los estibadores, hicieron uso de la huelga y vencieron a la casa Jarolasky, mientras los estibadores de Diamante, hacían lo propio contra la Bunge y Born exigiendo el despido de un capataz, objetivo logrado después de un paro. En tanto los obreros ladrilleros de la misma ciudad, se mantuvieron en la huelga y utilizaron la “changa solidaria”.[17]Semanas después, se hizo un llamado a la reorganización de los estibadores de Bajada Grande, puerto cercano a Paraná y en Victoria, donde se había logrado reorganizar al SOV local, con la presencia de los delegados de Diamante, Ángel Borda y Antonio Villagra.[18]Los ladrilleros de Diamante, aún en conflicto, plantearon la posibilidad de constituir una cooperativa para poder campear la falta de trabajo. A fines de mayo, los ladrilleros habían vencido.[19]

En paralelo al proceso de reorganización, comenzó un cruce de notas publicadas en Bandera Proletaria, sobre la necesidad de realizar un congreso de todos los sindicatos de la provincia, a fin de potenciar las energías, tal como explicitaba el delegado González, del SOV de Aranguren.[20] A la semana siguiente se publicó la respuesta de un anónimo que firmó como “Yo”, que descartó la propuesta y solicitó que, de hacerse tal congreso, se debía realizar en Basabilbaso, mientras la sede permanente debía ser Concepción del Uruguay. Además, objetó que no había más de una docena de sindicatos descontado los nueve adheridos de una forma u otra a la UOD de Uruguay. Propuso al final, que cuando se alcance la treintena de sindicatos sería hora de pensar en una Federación Provincial, mientras tanto era en vano.[21]La nota también parecía marcar una línea divisoria entre el proletariado organizado, entre los dos polos sindicales, el de Concepción del Uruguay y el de Diamante.

La unificación gremial, 1932-1935[22]

Durante un año y medio le perdemos paso a los sindicalistas diamantinos. La discontinuación del periódico con el que trabajamos es el principal motivo. A pesar de ello, por lo que constatamos a posteriori, la organización de nuevos sindicatos tiende a detenerse, posiblemente, por los efectos de la crisis que paralizó el trabajo. Por otra parte, las vinculaciones del movimiento obrero entrerriano con sus pares santafesinos, rosarinos y porteños fueron fundamental en la organización, y si bien parece cierto lo que señala Sartelli de una mayor libertad en Entre Ríos con respecto a otros lugares de la pampa húmeda,[23] está claro que la represión uriburista dificultó la solidaridad de aquellos con los entrerrianos. Sabemos por la memoria de Borda, que este y otros compañeros fueron encarcelados como “agitadores profesionales” a pedido de la Dictadura de Uriburu. Sin embargo, el por entonces gobernador radical Etchevehere, solicitó su liberación luego de que declararan frente a un juez el motivo de sus prácticas gremiales.[24]Resulta lógico creer que el cambio de régimen político en septiembre de 1930, habrá hecho más cauteloso a los sindicalistas locales, así como, la constitución de la Confederación General del Trabajo (CGT)[25] detuvo el proceso organizativo hasta que se estabilizaron las fuerzas internas.

En septiembre de 1932 se logró la organización de la Unión Obrera de la Provincia de Entre Ríos (UOPER). Tal vez, el hecho más trascendental del sindicalismo de todo el periodo. La unificación de las fuerzas obreras ya se daba de hecho, a través de la solidaridad mutuamente prestada. Sin embargo, la constitución de una organización centralizada de alcance provincial era un paso adelante, tanto por su valor organizacional, como por lo que significaba en el desarrollo de la conciencia de los trabajadores. Los dos núcleos fundantes fueron los sindicalistas de Concepción del Uruguay, de marcado pragmatismo, pero fieles a la idea de la prescindencia política partidaria y la independencia política del proletariado, lo que facilitó el acercamiento con los anarquistas de Diamante.[26]

La intención de crear una central provincial se discutía por lo menos desde 1930, pero los avatares socio-económicos del bienio transcurrido postergaron los planes. En agosto de 1932, se publicó en El Despertar, un proyecto de Carta Orgánica, en él se expresaban a favor de la lucha de clases, de la independencia del Estado y de los partidos políticos. Finalmente declararon que la “emancipación de los trabajadores no puede ser más que la obra de los mismos trabajadores” en analogía al principio de la Primera Internacional. El 11 de septiembre se realizó el congreso constituyente en la ciudad de Concepción del Uruguay:

Desde que, en distintos puntos de la Provincia, surgieron nuevamente a la actividad varias organizaciones sindicales; y a medida que estas fueron creciendo en número, se perfiló la necesidad de establecer una mayor ligazón entre ellas, con el objeto de poder extender la acción: y crear nuevos cuadros donde todavía no existen. Interpretando esa necesidad, la Unión Obrera Departamental de C. del Uruguay hace dos años lanzó la iniciativa, consultando al efecto a los sindicatos constituidos quienes creyeron conveniente esperar un tiempo más para dar lugar a la creación o reorganización de otros sindicatos más y salvar ciertos inconvenientes que planteara la dictadura de Uriburu (…) Pasad ese periodo y a indicación de Estibadores de Diamante, la U.O. Departamental de C. del Uruguay consultó nuevamente a los sindicatos existentes en la provincia; pronunciándose estos de acuerdo…[27]

Las organizaciones que estuvieron presentes en aquel acto fundacional sirven como muestreo de las fuerzas sindicales de la provincia de Entre Ríos.[28] El congreso constitutivo de la UOPER informó: “El consejo Provincial en breve realizará por toda la Provincia una importante gira para reorganizar a los trabajadores, llevando a cabo la gran campaña contra la desocupación, contra la reacción del fascismo criollo y por la jornada de seis horas.”[29]

Durante el año 1933, la UOPER tomó una actitud defensiva. Además de la reorganización sindical, se buscaba organizar Comisiones de Desocupados.[30]La pérdida de las cosechas fue fuerte: en una circular de la UOPER, se pidió a los sindicatos información sobre el estado de las siembras en las localidades para programar la agitación organizativa y ponerse en contacto con los trabajadores. A fines de diciembre, los éxitos logrados continúan la línea defensiva. En Diamante se logró detener la intensión de las casas cerealeras de disminuir los salarios en más de un 40%, pero el costo fue el encarcelamiento de algunos estibadores.[31]

Durante el año 1934, se realizó una gira siguiendo la línea del Ferrocarril del Estado por el interior entrerriano. Desde allí, se resuelven conflictos favorables a los obreros en María Grande, Sosa, Tabossi, Viale, Seguí y Crespo, en todos se imponen las Bolsas de Trabajo como paliativo y algunos aumentos salariales. Para septiembre, la organización obrera, producto de una leve mejoría en la situación económica, comenzó a mostrarse más activa. Durante las primeras semanas los militantes de Diamante y Strobel, desarticulan una maniobra de las casas cerealistas, que se disponían a desconocer los arreglos sobre las Bolsas de Trabajo. Luego de algunas entrevistas se logró la marcha atrás de la medida y se dio aviso a todos los sindicatos de la región diamantina a mantenerse atentos e inflexibles en la defensa de la Bolsa de Trabajo.[32] También durante ese mes se reorganiza el SOV de Villa Federal.[33] Para octubre, la OUPER hizo circular un comunicado a todos los sindicatos adheridos, dando aviso que se estaba por realizar una nueva gira de organización, teniendo en cuenta las cosechas perdidas del año anterior y la desocupación resultante. También se aprovechó la misiva para señalar que estaban faltando a su responsabilidad los sindicatos que no se encargaban de organizar a todos los trabajadores de sus pueblos y zonas de influencia.[34] La campaña de organización fue maratónica. Decía el periódico de la CGT:

Con todo éxito viene realizando una campaña de organización sindical por todo el territorio de la provincia el Consejo del a U.O.P., aprovechando la situación de miseria por que atraviesan los trabajadores a consecuencia de la crisis reinante, la que es utilizada por los capitalistas para pagar salario de hambre a cambio de tareas realmente penosas (…) Con fecha 9 del corriente [noviembre] se inició la primera jira [sic] que abarcó un recorrido de mil doscientos kilómetros desde Uruguay hasta Nogoyá y desde ésta a Seguí, continuando hasta Federal, visitándose Puerto Brugo, Curtiembre y Cerrito, en cuyas localidades se constituyeron sus respectivos sindicatos. La línea del F.C. del E. desde Seguí hasta Villa Federal fue visitada dos veces. De regreso, se organizó el sindicato de General Campos. La segunda jira se inició el 20 del actual por la línea a Gualeguay y centro, hasta Hernández y Maciá, Victoria e Ibicuy. La tercera se inició el 21 a los efectos de visitar Clarita, Jubileo, S. Salvador, Barú, Ubajay, San Antonio y otras localidades cercanas.

Se agregan casi una treintena más de localidades visitadas[35] para luego, dar cuenta de una asamblea de delegados realizada en María Grande, con la presencia de delegados del área de influencia de Diamante.[36]En ella se llegó a un acuerdo para unificar los pedidos en los pliegos.[37] También se realizaron algunos actos contra la agitación filo-fascista entrerriana que estaba en crecimiento. Los frutos de la gira no se hicieron esperar, surgieron sindicatos dónde nunca habían existido y se reorganizaron algunos de los que se perdieron en el reflujo de la década del `20. Se organizaron los obreros de Hasenkamp, Las Garzas, Alcaráz, Bovril, Sauce de Luna, Conscripto Bernardi, Cimarrón y Villa Federal. Estos últimos habían vencido con la presentación del pliego unificado. El costo fue de diecisiete obreros encarcelados.[38] La segunda quincena de enero de 1935, encontró conflictos por resolverse en Federal, dónde la Cooperativa agrícola desconoció el pliego sugerido.[39] El ascenso de las luchas era algo que no pasaba inadvertido para nadie.

Ruptura y ensayo libertario, 1935-1937

En el momento que la organización obrera parecía alcanzar su mayor desarrollo, se produjo una ruptura en el seno de la Unión Obrera Provincial. El sindicato de estibadores de Diamante y unos diez sindicatos más fueron expulsados por indisciplina. Según declararon los diamantinos, la forma que se desarrolló la política organizacional no los convencía y proponían imprimirle mayor independencia y sobre todo, objetaban las relaciones con la CGT.[40] Cierto es que los desacuerdos venían, por lo menos, desde el nacimiento de la Unión provincial y la discusión de la Carta Orgánica.[41] Situación que había vuelto en el congreso de delegados de María Grande, durante diciembre de 1934, en la cual, los diamantinos propusieron la creación de una comisión de análisis de los conflictos para estudiar si era necesario acatar los llamados a la solidaridad dictados por la UOPER. En ese caso, la maniobra fue desarticulada por los delegados en gira, que imputaron un choque de intereses entre la dirección de la UOPER y la “Comisión”.[42] Sin embargo, los militantes de Diamante, cursaron una invitación a los sindicatos que estaban más cercanos a su localidad, para tratar el conflicto en Villa Federal, aunque en realidad, dieron fundación a la Federación Obrera Comarcal Entrerriana (FOCE),[43] una organización paralela a la Provincial.[44]

La expulsión se realizó en el marco del Primer Congreso Ordinario de la UOPER, convocado de modo acelerado por estas circunstancias en marzo de 1935. A la cual concurrieron 58 delegados, de los cuales, y descontando a los expulsados, quedaron 47 presentantes.[45] Vale recordar que los miembros de la UOPER propusieron la readmisión de los sindicatos expulsados, a cambio de que se retracten de los dichos vertidos en un panfleto. Los expulsados solicitaron discutirlo fuera del recinto, para luego no volver.[46]

En julio, la dirección de la FOCE solicitó a sus adherentes un estado de las organizaciones. Las respuestas no eran promisorias. Parece haber cundido la desorganización, por lo cual, los diamantinos proponen comenzar con giras por el interior y la compra de un camión para facilitar la tarea. Lo más destacable de su militancia en ese momento fue la huelga de los hacheros, la primera de esta fracción obrera que tenemos información en la provincia de Entre Ríos, dirigida por el SOV de Hasenkamp, dónde no se permitieron las gestiones del DPT y que, finalmente, los obreros perdieron.

A fines de septiembre, se realizó el Primer Congreso Extraordinario de la FOCE, concurrieron diez sindicatos y entre las resoluciones, la más destacable fue la adopción de la declaración de principios de la FORA Vº. En materia de organización habían logrado la constitución de un sindicato en Maciá de “Oficios Varios Campesinos y Obreros Rurales”, paralelo al adherido a la UOPER.[47] Meses después, cuando el fracaso era manifiesto, desde el órgano de la CGT se aprovechó para ironizar:

…a lo que prometían los divisionistas al formar esta organización, las condiciones de sus adherentes se elevarían hasta las nubes por la simple liberación de la U.O. Provincial que, según los autores del engendro, estaba vendida al capitalismo e imposibilitaba a los trabajadores para las acciones heroicas. Sin embargo, transcurrido vino a demostrar que las cosas han ocurrido en forma muy distinta a la preconizada, convirtiéndose los ascensos prometidos en descensos, las victorias en derrotas (…) El disgusto que esto produjo en las propias filas es de imaginarse.[48]

La publicación de un manifiesto de un “Grupo de defensa sindical” –del cual no hay nombres, pero está clara la relación filo-UOPER- rechazaba los intentos de adhesión por la fuerza a los sindicatos de Alcaráz. Se acusaba una confabulación con las casas cerealistas, en la que se utilizaba el automóvil de una de ellas para sumar sindicatos a la Comarcal y “arruinar el sindicato de Villa Federal”, así como el perjuicio de su intromisión en una lucha en Las Garzas y por último, los resultados negativos, como la huelga de hacheros de Hasenkamp.[49]La situación de los sindicatos con la FOCE aún se estaba delimitando. Mientras los obreros de Alcaráz se demarcaban de aquella, los de Sauce de Luna se declararon autónomos, eufemismo para mantenerse al margen de la disputa.[50] Cuando la situación de la división dentro del sindicalismo en Entre Ríos parecía ir pasando a un segundo plano, durante el último mes del año 1935, se produjo el “golpe obrero” -como lo llamó Hiroshi Matsushita- dado por la cúpula de la Unión Ferroviaria, la Unión Obrera Metalúrgica, Centro de Empleados de Comercio, que rompió la CGT en dos centrales, la CGT Independencia y la CGT Catamarca. Este cambio de escenario sacudió a los sindicatos entrerrianos, que debieron tomar posición, en su mayoría, a favor de la CGT Catamarca.[51]

El año 1936 llegó con incertidumbres por los conflictos internos. Sin embargo, la tarea organizacional y las luchas no se detuvieron. Los estibadores de Las Garzas mantuvieron una huelga por semanas hasta que tomó intervención la policía. Se involucraron rompehuelgas, pero, después de algunos días también abandonaron el trabajo, lo que obligó a la patronal y a la policía a cambiar las medidas, presionando a los obreros. Éste proceder llevó a un cruce entre el subjefe de policía local y un obrero que terminó en la muerte de este último y varios obreros en la cárcel.[52] Para mayo, los militantes de la FOCE salieron al cruce de las empresas cerealistas con un pliego unificado: 50% del embargue en bolsa –una lucha contra los efectos del elevador de grano- la disminución de la bolsa que se cargaba a 50 kl., jornada de seis horas y control sindical de la organización del trabajo. En septiembre, los obreros de la construcción de Diamante, comenzaron una huelga junto a los carreros. El conflicto fue subiendo en tensión, terminó en un tiroteo, con varios obreros y dirigentes presos.[53] Finalmente, en noviembre se realizó el congreso de la FOCE. Al acto concurrieron los mismos sindicatos que la formaron. El periódico de la FACA decía:

La labor realizada, en los diversos órdenes de la lucha diario, la solidaridad, la acción cultural, etc. es altamente alentadora y permite alcanzar grandes resultados para un futuro próximo. Se ha trabajado con un espíritu de realización efectivo, irradiando en una extensa zona de la provincia un modo de organización y de lucha profundamente libertario, que a la vez armoniza con la idiosincrasia de los trabajadores de esa región. Los compañeros que abrieron cauce a la organización y llevaron ahí el conocimiento de nuestras ideas no se limitaron a la propaganda teórica, sino que predicaron con el ejemplo, supieron crear estímulos en cada localidad donde formaban un sindicato o biblioteca. De ahí que cada uno de los pueblos donde hace un par de años las ideas libertarias eran totalmente desconocidos, sea hoy un intenso foco de propagan, habiéndose producido la verdadera descentralización, a través del trabajo de todos.

Estaban presentes: Estibadores de Diamante, estibadores de Strobel, estibadores de Crespo, conductores de carros de Diamante, estibadores de Seguí, estibadores de Sosa, estibadores de María Grande, estibadores de Hasenkamp, estibadores de Sauce de Luna, estibadores de Cimarrón, estibadores de Villa Federal y estibadores de Hernández. Además, invitados miembros del Consejo Federal de la FORA, local Rosarina, Provincial de Santa Fe, Portuarios de Rosario, Inflamables de Rosario, Comercial de Zárate, Provincial de Buenos Aires, del Consejo Nacional de la FACA y del Grupo de Prensa y Propaganda de Santa Fe. El cierre del acto fue con una conferencia sobre la situación de la Guerra Civil española.[54]

A principios de diciembre, un grupo de obreros portuarios de Diamante decidieron separarse del sindicato por estar en contra de la forma que los anarquistas llevaron los conflictos.[55] Al Ministerio del Interior de la Nación le llegó la siguiente información con carácter confidencial, como se afirma en el documento:

El personal de obreros portuarios, que se ha emancipado del Sindicato se manifiesta dispuesto a reanudar las tareas, afrontando las consecuencias que les puede traer su actitud. Es posible que se produzcan disturbios, pues los obreros pertenecientes a la Confederación trataran de mantener el principio de autoridad y disciplina de la agrupación. Según la misma información el mencionado sindicato posee armas cortas de fuego.[56]

La última gran batalla: la huelga de estibadores de Viale de 1937

El año 1937 fue crucial para los ácratas entrerrianos. Aquel verano comenzó sacudido por huelgas de estibadores en la zona de influencia de Diamante. El día 4 de enero, los obreros de Viale y Seguí, a unos 60 kilómetros de Diamante, iniciaron una huelga de larga duración en la que se jugó la suerte la organización obrera de corte libertario. Dijo Acción Libertaria: “La huelga se inició en la estación Seguí. Como la firma cerealista que acopia en esa localidad. Jaroslasky, se negara a arreglar con los obreros se le paralizó inmediatamente el trabajo en otros puntos donde la misma tiene sucursales: Tabossi, María Grande, Sosa y Diamante.” El pedido de los obreros era un aumento de entre 0,50 centavos y un peso el jornal, para cobrar entre $7 y $8, también el reconocimiento del sindicato.[57] El Diario, vocero informal de la Unión Cívica Radical de Paraná se apuró a decir:

En algunas localidades de la Provincia se han producido conflictos entre obreros y patrones, por cuestiones de salarios. Todos los años al iniciarse las tareas agrícolas y especialmente la concentración de granos a los galpones de embarque, se pronuncian estos fenómenos (….)El derecho de petición está perfectamente determinado en nuestra legislación y bien que lo ejercitan, con toda libertad, los obreros individualmente o por intermedio de los organismos constituidos (…) En la generalidad de los conflictos producidos en la Provincia por causas de esta naturaleza –conflictos que se han desarrollado con toda tranquilidad y respeto ha intervenido el gobierno con resultados francamente satisfactorios, pues ha conciliado los intereses en juego sin que se haya resentido el ritmo del trabajo.

Lo que parece sólo un relato de la forma en la que se desenvuelven los conflictos, continúa con una advertencia:

Este año (…) se ha introducido en las organizaciones obreras de la Provincia –un núcleo de agitadores profesionales, quienes, con su poder de convencimiento y su ascendencia moral sobre los modestos trabajadores, han logrado perturbaciones que no benefician ni a unos ni a otros. Y no sólo que no benefician, sino que constituyen una amenaza para la tranquilidad social y un peligro para los obreros auténticos. Ese elemento, según lo denunciamos en oportunidad de comentar este hecho, proviene de la provincia de Buenos Aires (…) Si en nuestra provincia el gobierno permite las exteriorizaciones de los trabajadores traducidas en movimientos huelguísticos y garantiza la libertad de trabajo, no le quedaría mal que procurara desplazar los agitadores profesionales que se están arraigando en las organizaciones obreras creadas con fines de mejoramiento económico y de solidaridad mutua, y no con propósito perturbadores como son los que intentan imprimirle aquéllos…[58]

La nota presenta algunos de los elementos más destacados del escenario huelguístico, a saber: Los conflictos se producen con una gran extensión territorial y con fuerza en el momento de la concentración de los granos, lo cual nos indica a los estibadores y carreros como la fracción obrera en conflicto. Luego, da cuenta de la intervención del Estado en búsqueda de mediación, resolviendo “equitativamente” las demandas siempre que estas se den en el marco de respeto hacia los patrones. Omitiendo los casos cuando el Estado reprime a los obreros cuando los patrones no ceden. El elemento novedoso es indicar la presencia del agitador profesional. Cada vez que los trabajadores logran desarrollar cuadros específicos para algún tipo de lucha –la sindical en este caso- se indica que la acción obrera no es fruto de un cambio de conciencia y un traspaso de experiencia, sino, de un agitador profesional y ajeno al ambiente, opuesto a los “verdaderos obreros” a los que se trata con paternalismo. Por último, se recomienda la represión de los agitadores por imprimir a la organización sindical otras prácticas.

Será este el motivo por el cual el director del DPT se hizo presente en Viale, buscando destrabar la situación. Para aquella reunión, además de a las casas cerealistas se convocó a miembros del sindicato, incluso de la UOPER, que al llegar a Viale fueron detenidos para ser liberados al día siguiente. Declaró el periódico radical de Concepción del Uruguay, Los Principios: “La intransigencia patronal se ha puesto de manifiesto nuevamente en Viale, al fracasar las gestiones iniciadas por el director del D. P. del Trabajo, doctor Acebedo Recalde. Los patrones significaron una vez más que no tenían ningún interés en solucionar la huelga”.[59]Por su parte, Crónica de Diamante informó el 14 de enero: “Los obreros portuarios de nuestra ciudad han levantado una vez más su voz en solidaridad con sus compañeros de las Estaciones de Seguí y Viale, defraudadas sus esperanzas de obtener un insignificante aumento de salarios.” Para continuar su perorata contra las empresas extranjeras que envían afuera del país sus riquezas “después que sus especuladores no solo se aprovecharon del sudor del colono sino también de la necesidad del obrero…”[60]Según La Nación de Buenos Aires, las firmas cerealistas no tuvieron que parar su actividad porque contaban con suficientes trabajadores “libres”.[61]

En ese momento, el inspector de policía, Ingeniero Giandana convocó nuevamente a las partes y pidió se confeccionara una lista de obreros habilitados para trabajar, lo que indirectamente era un reconocimiento del sindicato. Asimismo, los obreros se dispusieron a enviar delegaciones al interior para discutir si se aceptaba un acuerdo con las casas cerealistas. Al parecer, estas intervenciones estatales fueron rechazadas. Las negociaciones terminaron en un fracaso por la fuerte oposición patronal.[62]Para el 20 de enero, eran mil los estibadores en huelga solidaria en el puerto de Diamante, en apoyo a los obreros de Seguí y Viale:

El presidente del sindicato de estibadores diamantinos declaró que dicha entidad no tiene ningún problema, pero que sus mil afiliados se han cruzado de brazos en solidaridad con sus camaradas de la mencionada localidad. El movimiento se desenvuelve dentro del mayor orden y tranquilidad. Las casas cerealistas de Diamante están trabajando desde antes de ayer, con personal libre, pero en muy escaso número por lo que no pueden casi desenvolverse. Por ello los obreros federados confían en el éxito. Por su parte el ministro de gobierno Dr. Mundani ha declarado que el gobierno de la provincia garantiza la libertad de trabajo habiendo impartido precisas instrucciones a las dependencias policiales de las localidades que tienen conflictos.[63]

Resulta interesante de la información que se reconozca la “libertad de trabajo” y que esto vaya de la mano de que se dio “instrucciones a las autoridades policiales de las localidades en conflicto”, porque coincide con los dichos de los anarquistas de la Capital Federal, que informaron que la policía protegía a los rompe-huelgas: “Desde Paraná fueron enviados para resguardar a los crumiros de la organización radicalfascista, quince cosacos a Viale, cinco a M. Grande, cinco a Sosa, siete a Crespo, etc. además de policías de Campaña.”[64]

El 21 de enero, los obreros realizaron una asamblea en la cual se decidió continuar con la huelga y estar a la espera de una nueva respuesta patronal. Según el semanario de la CGT, la continuidad del conflicto fue decisión unánime, además recordaba que eran seiscientos los implicados en la huelga si se incluían las familias de los huelguistas. A su vez, se refería a la práctica coercitiva de la policía “a pesar de haber reconocido el ministro de gobierno de la provincia la legitimidad de la huelga y la discreción del petitorio…”. Acusaban a la policía de proteger a los crumiros, de prohibir transitar determinadas zonas de la ciudad, citar a los obreros a la comisaría y tratar de convencerlos de abandonar la huelga, incluso, detener por 24 horas a los más convencidos. Por último, la CGT indicaba que la UOPER había delegado a Juan Balsechi -destacado miembro de aquella organización- a Viale de modo permanente, para hacer seguimiento al conflicto, quien, además, había llevado un aporte de $505 de diferentes sindicatos de la Unión Provincial en carácter de aporte solidario.[65]

El día 26 de enero, la UOPER distribuye un comunicado a la prensa en el que se indica que los obreros se mantenían en lucha y que la intransigencia patronal era alentada por elementos reaccionarios de dentro y fuera de la provincia. Mientras que, por parte de los trabajadores, se había aceptado la intervención del DPT y del mismo gobernador “actitud esta que viene a desautorizar la campaña insidiosa de ciertos diarios”, finalmente solicitaba:

Teniendo en cuenta la duración del conflicto y las perspectivas de una larga lucha, es que muchos camaradas saldrán al interior de la Provincia con el propósito de hacer algunos jornadas y regresar nuevamente a Viale, es que la Mesa Directiva de la U.O.P. solicita a los camaradas de esa organización que presten todo el apoyo posible y de acuerdo con el trabajo de esa localidad, a todo camarada huelguista que se presente con su correspondiente documento y credencial de la organización de Viale. Los jornales solidarios deben manifestarse en toda la oportunidad que se presente para los compañeros de Viale.[66]

Por su parte, el jefe del Correo y Telégrafo de Paraná, informó al presidente Agustín P. Justo que obreros estibadores federados de Villa Federal se habían declarado en boicot contra Bunge y Born y Dreyfus, en solidaridad con los obreros en conflicto en Seguí y Bovril.[67]Cuando la huelga llevaba un mes, se produce un hecho de violencia que el jefe del Correo y Telégrafo informó al presidente de la Nación:

Informa nuestra dependencia de DIAMANTE, que esta mañana a las 6.30 horas, obreros federados en huelga, agredieron con armas de fuego a un automóvil en el que viajaban Encargado y varios empleados de la casa Bunge y Born, resultando ilesos. Autoridades Provinciales y Nacionales tomaron intervención. Los autores de la agresión fueron individualizados y detenidos. Se sigue trabajando con obreros libres.[68]

El autor del hecho confesó que lo hizo “…acosado por la necesidad y por no haber conseguido su reingreso al trabajo”.[69]La Nación, informaba que el atacante era miembro del sindicato, además que había sido apresado junto a otros obreros federados. Por este hecho, la sede del sindicato había sido clausurada.[70]La huelga parecía entrar en empate de las fuerzas en pugna. Fue esta situación la que habían prevenido los miembros de la FOCE, el día 2 de febrero cuando escribieron a la UOPER pidiendo un entendimiento y apoyo a la huelga. La Comisión Directiva respondió:

Considerando que la base de vuestro conflicto en Diamante y Strobel y teniendo en cuenta que las casas, al romper el convenio, no obraron como correspondía a raíz del conflicto de Seguí, en virtud de que el convenio fue refrendado por la C.G.T. en su oportunidad y firmado por los camaradas Negri, Silvetti y suscripto [Eduardo Pereyra] de esta Unión Obrera Provincial no tiene ningún inconveniente en llevar el problema a nuestra central para que ésta realice toda clase de gestiones ante las casas cerealistas y el gobierno nacional a fin de buscar solución al conflicto, como así, por nuestra parte, las gestiones que sean necesarias en Paraná.[71]

El rechazo por parte de la FOCE fue automático:

No podemos extendemos en más detalles. Solo haremos presente dos aspectos importantes: La U. O. P. (C.G. T.), a pesar de que los trabajadores querían un acercamiento con la FOCE, han maniobrado para impedirlo, y no han adoptado ninguna actitud con respecto a la huelga. La otra es que nos llegan noticias de la ciudad de Santa Fe, que Indican que existe predisposición de lanzarse a una huelga solidaria con los camaradas da Entre Ríos.[72]

Sin embargo, por el aspecto de la respuesta dada, no parece que haya un tono de desacuerdo tan fuerte como indican los ácratas capitalinos, así lo comunicaba José Gebobich, secretario de la FOCE:

Este Secretariado por el momento no hace más que agradecer vuestra buena intención y buena voluntad en todo lo que proponeis para la solución del conflicto, pero debemos manifestaron que esta Federación ha encauzado su lucha hacia otros puertos, y para ello está desplegando una mayor actividad en el sentido de que Puerto Santa Fe, Zárate y V. Constitución lleguen a un entendimiento con nosotros y presentar lucha a B. y Born y Dreyfus, y creemos que ya en algunas partes como S Fé y Zárate se han de materializar muy en breve quizás mañana mismo tengamos novedades que os comunicaremos de inmediato. Por otra parte, es idea y es intención de los trabajadores de la F.O.C.E. estar en todo momento estrechamente relacionados con ese cuerpo (…) De manera entonces, que cabe pués que los camaradas del Consejo estén atentos siempre a las novedades que se produzcan y a la vez expresamos nuestras más sinceras expresiones de agradecimientos por vuestro interés en el asunto…[73]

En los primeros días de febrero se informó que en el puerto de Diamante trabajaba normalmente con trescientos obreros, muchos de ellos federados que abandonaron la huelga y que se presentaban de modo espontáneo. En tanto la policía se mantenía en alerta vigilando los lugares de reunión, mientras el local de la FOCE seguía clausurado. También insistían con la idea de sujetos extraños. Se denunciaba que el atacante del empleado de Bunge y Born, tenía 26 años, que provenía del interior de Entre Ríos y que había migrado recientemente a Diamante luego de una estadía en Viale.[74] El perfil, sin embargo, se ajusta más a un obrero desocupado y migrante. El día 15 de febrero, se informa que los sindicatos de la UOPER habían donado $1.200 para los obreros de Viale.[75]

A pesar de la negativa de la FOCE, la CGT, se reunió con el presidente de la Nación para informar la situación de los ciento cincuenta estibadores de Viale. Llamativamente, los popes de la Central obrera creían que la huelga era de un sindicato adherido a la UOPER: “Los camaradas de Estación Viale, hechos a esta brega al calor de la combativa Unión Obrera Provincial”, decían. En reunión con el Presidente Justo comentaron la característica del pliego, insistieron en que el pedido era avalado por el DPT y se negaba toda actuación de intereses políticos en el conflicto.[76]Por su parte los anarquistas de la FACA declararon:

El gobierno radical emplea métodos represivos contra el movimiento obrero (…) Una fuerte reacción se ha desatado en la provincia de Entre Ríos contra el movimiento obrero, con motivo de una importante huelga en defensa de reivindicaciones económicas. Simultáneamente a la solidaridad, que se ha extendido por numerosas localidades, y a la acción decisiva contra los crumiros que traicionan la huelga (…) Por ello no sería extraño, si no existiera la circunstancia de que en Entre Ríos se han aliado los radicales y los demócratas nacionales, para crear una organización fascista de rompehuelgas, destinada a sabotear los conflictos.” -Añadía- “Esa organización con sede en Diamante, va extendiendo sus actividades y tiende específicamente a romper los cuadros de la Federación Obrera Comarcal Entrerriana.[77]

Hacia el 26 de febrero, la huelga se sostenía solo por la solidaridad de los obreros. Los patrones se negaban a negociar.[78]Para los primeros días de marzo, a dos meses del inicio del conflicto, el semanario de la CGT decía:

Pese a las empeñosas gestiones (…) hasta el momento que escribimos estas líneas ellas no han dado ningún resultado positivo. No obstante, las gestiones se prosiguen empeñosamente y es de esperar que ellas den, dentro de muy pocos días, el resultado satisfactorio que todos deseamos.[79]

Por su parte, el jefe del Correo y Telégrafo informó a Justo el 11 de marzo al respecto a la situación sindical:

En el orden gremial tampoco se han registrado mayores novedades, prosiguiendo la huelga decretada por los obreros estibadores de Seguí, Viale, Crespo y Diamante en forma parcial ya que las casas cerealistas siguieron trabajando con obreros libres, considerándose a la fecha como fracasado el movimiento.[80]

El destino de la experiencia libertaria entrerriana estaba sellado. Con sus locales cerrados, debieron buscar refugio en su biblioteca social. Decía un pequeño comunicado en Alianza Libertaria:

Estando clausuradas por la Policía las secretarias del Sindicato Portuario y de la Federación Obrera Comarcal Entrerriana pedimos a toda la prensa obrera y libertaria se nos envíen periódicos y propaganda a la biblioteca `Nuevos Rumbos´ (…) advertimos que el periódico AVANCE que se publicado en esta, está suspendido por la misma causa.[81]

Efectivamente, el periódico no salió más. Con el tiempo la mayoría de sus militantes abandonaron la provincia. El balance que realizaron los miembros de la UOPER al respecto del fracaso de la huelga era el siguiente:

Podemos afirmar que quién triunfó en Viale no fueron los cerealistas, sino la reacción desencadenada contra la organización que aplastó desde el primer instante el movimiento, y ese estado de fuerza creado por la reacción capitalista alentó al crumiraje extraño a la localidad. Los huelguistas supieron mantener su espíritu de lucha sin desmayar un solo instante y solo el crumiraje transportado de afuera, pudo en algo normalizar el trabajo y aunque a los capitalistas le resultara el doble el costo para mantener a esos elementos, con tal de romper la organización, no midieron las consecuencias económicas con tal de sofocar el movimiento huelguístico con el apoyo de la reacción desencadenada por las fuerzas policiales al servicio de la tan mentada `libertad de trabajo´ y de los capitalistas envalentonados por el apoyo de la reacción policial y de la extrema derecha que alimenta la hoguera de la intransigencia en Viale. Tiempo al tiempo.[82]

La conclusión es correcta. Sin embargo, resulta curioso como el balance deja libre de responsabilidad al gobierno provincial, como si la policía fuera una fuerza escindida de la autoridad provincial, mientras cargan tintas contra la “reacción y la extrema derecha”. Elementos que dan cuenta del desarrollo de una estrategia reformista, dónde el enemigo no es el Estado y el capitalismo, sino, los malos funcionarios y los elementos políticos y económicos más reaccionarios que atentan contra el pueblo trabajador. Pero eso es ya otra historia.

Lucha interburguesa y lucha de clases como orígenes de la legislación obrera entrerriana.

En paralelo al proceso de lucha de los trabajadores contra las casas cerealistas, se produjo desde fines de febrero, un profundo debate entre las diferentes fuerzas burguesas. Situación que puede explicar parte del derrotero del conflicto y los sucesos posteriores. La representación de los sectores más progresistas de la burguesía, vinculados al Partido Radical de tendencia anti-personalista enfrentados a los demócratas-nacionales, agentes de los sectores más conservadores. Ambas partes expusieron sus argumentos a favor y en contra de un tema fundamental para la época: la existencia de Comunismo en las filas obreras. El tema merece un estudio en sí mismo que está en proceso, pero no podemos dejar de repasar brevemente los puntos sobresalientes y porqué creemos que tiene vinculación con la huelga de los obreros de Viale.

La discusión general giró en torno al crecimiento del Partido Comunista. Circunstancia que estaba en boca de todos los contemporáneos y en especial, de los sectores más conservadores. A tal punto que a fines de 1936 se discutió una ley para su represión.[83] El 31 de diciembre fue aprobado el proyecto por la cámara de senadores de la Nación, 17 votos contra 4. Entre los que votaron en contra se incluían los votos de los dos senadores por Entre Ríos, Eduardo Laurencena y Atanasio Eguiguren y de los Socialistas Palacios y Bravo.[84] La opinión de los medios conservadores se hizo escuchar fuerte por esa votación, y allí comenzó la acusación al gobierno radical de comunizante. El 14 de enero, el corresponsal en Paraná de La Nación informó que existían asociaciones extremistas y elementos extraños a los sindicatos –como referenciamos que lo había denunciado en su momento El Diario de Paraná-. Por este motivo, el Ministro de Gobierno, Sebastián Mundani realizó la aclaración de que esto era incorrecto. En referencia al conflicto de Viale dijo que se daba en el marco de la lucha salarial y que la libertad de trabajo estaba asegurada, afirmó: “En esta provincia no actúa ninguna asociación o sindicato de carácter extremista”.[85]

El debate tomó nuevos bríos por una nota en el diario La Nación, del abogado e historiador nacionalista José María Rosa. Éste denunció el crecimiento del comunismo en la provincia de Entre Ríos. Afirmó que la provincia estaba cubierta de filiales del Partido Comunista, que cuando empezó la Guerra Civil Española, los comunistas habían amenazado con incendiar iglesias y se habían propuesto asaltar el convento de la localidad de Crespo. Gracias a la actitud de “ciudadanos nacionalistas” que tomaron la tarea de cuidar a las monjas por la inacción policial –dijo- los comunistas habían desistido. Al respecto de los conflictos obreros aseveró:

Vinculado al comunismo está la Federación Regional Obrera, que actúa en toda la provincia, ejerciendo presión para que se excluya a los trabajadores y obreros que no están afiliados; su acción la ejerce, principalmente, en los puerto y estaciones de ferrocarril, donde se hace el `boycot´ a los cargadores que emplean a trabajadores libres. Lo sucedido en Viale ha sido la consecuencia de un conflicto que estaba latente hace tiempo y no se exteriorizaba por la defensa que los nacionalistas hacían del trabajador libre; pero desde que la policía se puso del lado de las agrupaciones comunistas, la situación hizo crisis y se produjeron los acontecimientos conocidos.[86]

La noticia no tardó en ser reproducida por medios nacionales y provinciales. Unos para destacar el avance rojo, otros para matizar las palabras de Rosa.[87]El día 26 de febrero, La Nación publicó una nota del jefe de policía de Concepción del Uruguay –uno de los “centros de agitación comunista” que señaló Rosa- dando cuenta de la acción proseguida en diferentes conflictos. Terminó diciendo:

Los conflictos obreros que se producen en la provincia se deben exclusivamente a los salarios y ello me ha movido a sugerir al Poder Ejecutivo la necesidad de que su fijación sea obra del gobierno con la intervención de las partes, y no de la prepotencia patronal u obrera, logrado lo cual tengo la certeza de que quedarían eliminados para siempre. Debe tenerse en cuenta que en Entre Ríos hay obreros que no ganan más de diez pesos por mes y si éstos presentan un pedido de mejora de sueldo, las personas como el Dr. Rosa los considerarían de inmediato `elementos comunistas´. Sinceramente creo que él desconoce en absoluto el ambiente de nuestra provincia o se ha valido para redactar la carta de informaciones irreales…[88]

La nota estaba ilustrada con fotos de murales firmados por el Partido Comunista que un “oficioso colaborador” remitió desde Paraná. Las pintadas llamaban a impedir la intervención del Ejército en los conflictos de los obreros rurales en Santa Fe,[89] a luchar contra el fascismo y uno que instaba a pelear contra la prepotencia de un capataz.

El primero de febrero, el gobierno de la provincia solicitó a Alejandro Unsain,[90] que prepare un proyecto de ley para crear tribunales de arbitraje para resolver los conflictos obreros. El día 2 de febrero, se publicó en una página completa del diario La Nación, un informe producido por el gobierno de la provincia de Entre Ríos, en el cual se daba constancia de las actividades gremiales en toda la provincia. Departamento por departamento, firmada por los jefes de policías locales y de los propietarios de los establecimientos. Se adjuntó la transcripción del telegrama distribuido a los jefes de la policía con fecha del 5 de noviembre y reiterado el 5 de enero, previendo la acción de agitadores. Asimismo, se informó que la presencia del Comunismo era minúscula, que en las elecciones anteriores -marzo de 1936- habían alcanzado poco menos de trescientos cincuenta votos.[91]El mismo informe se publicó como folleto para su difusión.[92]

La Nación dijo que estaba claro que los conflictos estaban controlados, se celebró la libertad de trabajo protegida por la acción policial, sin embargo, advertían que el virus disolvente del comunismo campeaba a pesar de que su peso electoral era mínimo.[93] Mientras el diario La Razón, también de la Capital Federal, con el título de “El comunismo y su acción en Entre Ríos” acusó al informe de vago e inconsistente. Afirmó que no se negaba la existencia de actividad comunista, señaló también que la doctrina propuesta por los radicales entrerrianos, de dejar hacer a un partido por ser electoralmente poco representativo, era un mal precedente de cómo combatir a los enemigos de la patria. También indicó que, al momento de la revolución rusa, el partido bolchevique era el 0,02% del electorado: “Exactamente la misma proporción que señala el gobernador de Entre Ríos”[94] sobre el comunismo entrerriano.

De hecho, La Razón dedicó cinco editoriales continuadas desde el primero de febrero, a la existencia del comunismo en Entre Ríos.[95] El nivel de análisis poco superaba repetir lo que otros decían, y en la mayoría de los casos, parecía más un panfleto conservador que la reproducción de una noticia concreta. Por ejemplo, la del 5 de febrero terminaba así:

“¿Para detener el impulso patricida ha adoptado el gobierno de Entre Ríos alguna disposición? ¿Confía en algo más que en el espíritu democrático y liberar de la provincia para defender a la patria de la mortal epidemia? No lo sabemos. Nadie lo sabe. Lo que el pueblo de Entre Ríos sabe es que cada día el gobierno de esa provincia da pruebas más inequívocas de la atonía de su espíritu cívico. Otra fecha histórica acaba de pasar inadvertida. En Entre Ríos, patria de Urquiza, el último aniversario de Caseros no mereció ninguna recordación oficial. ¿Para qué? ¿No sería más interesante y, sobre todo, más positivo, celebrar otras datas más gloriosas, más universales? ¿Por ejemplo la de la trascendental revolución rusa de octubre de 1917?”[96]

Por su parte, el gobierno de la provincia remitió a los jefes de policías una nueva circular solicitando que se retiraran todos los carteles o inscripciones en la vía pública que tengan propaganda extremista, incitación a la violencia y se redoblaran las precauciones a fin evitar la interrupción del trabajo. La Nación lo tomó como un reconocimiento a sus dichos sobre la existencia de comunismo, propaganda extremista y su vinculación con las cuestiones gremiales.[97]

Finalmente, el día 10 de marzo, el gobernador de la provincia remitió a la legislatura provincial un proyecto de ley para tratar los conflictos obreros. El autor era el citado Unsain.[98] En el fundamento del proyecto, el gobernador Tibiletti se justificó diciendo que se buscaba una solución a los enfrentamientos gremiales con la mediación estatal se procuraba asegurar la libertad de trabajo, el entendimiento de las partes y lograr los resultados con “equidad y justicia”.[99] Afirmó el gobernador con respecto a los sindicatos:

En nuestro medio, los sindicatos o asociaciones gremiales son organizaciones poderosas y si bien muchos colaboran con el propósito laudable de obtener mejoras en las condiciones del trabajo y su justa remuneración, otras, en cambio, manejadas por elementos extraños, profesionales de la huelga perturban el orden público y explotan a los mismos que pretenden defender. Por otra parte, el ejercicio del poder policial de la Provincia, la faculta a evitar que, por medio de los sindicatos, se perturbe el orden y se impongan condiciones apelando a la coacción física o moral y quebrando el orden jurídico de la sociedad.[100]

Dicho de otro modo, los sindicatos son tolerados dentro de los márgenes del derecho burgués, en caso contrario, la policía estaba facultada de reprimir. Sin embargo, la ley buscó enmarcar la acción en el punto previo de la represión, en desarticular el conflicto a través del consenso.

Conclusión

La provincia de Entre Ríos cuenta con una rica historia de luchas obreras, que en líneas generales conocemos sus aspectos más ordinarios. La experiencia de los anarquistas de Diamante, materializada en la FOCE, es uno de los mojones ineludibles. Sin embargo, aún resta una historia pormenorizada de esa experiencia y en particular, contraponerla a la experiencia –más exitosa- de sus pares de la Unión Obrera Departamental de Concepción del Uruguay. Por nuestra parte nos hemos concentrado en historiar sus comienzos, mostrar que el pragmatismo y la negociación con el Estado no era patrimonio de los sindicalistas uruguayenses, sino, también, de los ácratas diamantinos. Asimismo, el estudio descriptivo de la gran huelga de los estibadores de 1937 nos permitió cuestionar el accionar concreto de los anarquistas en el conflicto.

El contexto económico en el que se dio la lucha era pésimo para las fuerzas obreras. La crisis económica de principio de los 30s aún no terminaba, mientras, la creciente mecanización, años de malas cosechas y la falta de una industria urbana que absorba a los proletarios desocupados, resultó en la conformación de una creciente sobrepoblación de obreros que no encontraron sus medios de vida y, por lo tanto, debieron abandonar la provincia. Pero también sirvieron como rompe-huelgas.

La respuesta al fracaso de la huelga es compleja. El desarrollo de una táctica de mayor confrontación puede haber asustado al gobierno. Situación que motivó por lo menos tres circulares a la policía, vinculadas a reprimir a los agitadores y la propaganda no-gremial. También se vio que la fuerza obrera no contaba con los recursos materiales suficientes para sostener una lucha contra la patronal. La falta de vinculación con una organización nacional que la respaldara, producto del reflujo general del anarquismo argentino, facilitó el trabajo a la represión. También es cierto que los ácratas no midieron sus propias fuerzas. Con diferentes rupturas de sindicatos en su zona de influencia e incluso, con un desprendimiento del propio sindicato de estibadores de Diamante en diciembre de 1936, parece que no contaban con tanto consenso como se puede suponer.

Por su parte, las casas cerealistas buscaron a través de la extensión del conflicto, un permanente reclutamiento de rompe-huelgas y la presión policial, vencer al proletariado en lucha. Mostramos que la presión que sufrieron los radicales desde la prensa nacional y provincial, los obligó a tomar cartas en el asunto. El incidente del tiroteo habilitó el despliegue de una política represiva, la clausura del local sindical de los estibadores de Diamante –verdadero bunker de la huelga de Viale- y el encarcelamiento de muchos obreros. Efectivamente, el tono de la lucha final no fue de la voluntad de los trabajadores –que todos los contemporáneos y las fuentes acreditan que fue decidida-, sino de las patronales que quisieron terminar de una vez con los sindicatos en su zona de acumulación.

Estos elementos represivos fueron el comienzo del fin del conflicto, que a partir de ese momento se estancó. Por otra parte, este conflicto parece ser el motivo de acelerar el paso a la reglamentación legal de los tribunales de conflictos de trabajo. Es decir, se aplicó la coerción a través de medidas punitivas, pero, por otro lado, se buscó el consenso de las partes en la mediación legalizada y obligatoria. Esta creciente institucionalización explica también por qué el canal de la acción directa se fue cerrando fuera de los periodos de crisis política.

Luego de los sucesos de esta experiencia, el anarquismo entrerriano parece ocupar un lugar más testimonial, del cual no se recuperó más. Nieto muestra la existencia de ácratas vinculados a los sindicatos en los principios de los `40.[101] Sin embargo, la hegemonía dentro del movimiento obrero estaba en manos de los pragmáticos y reformistas uruguayenses.

Fuentes y referencias bibliográficas

Material estatal inédito:

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  • Nota telegráfica del jefe del 15º Distrito de Correos y Telégrafos al presidente de la Nación, Agustín P. Justo, Paraná, 29 de enero de 1937, en Archivo General de la Nación. Sala VII. Fondo Agustín P. Justo. Caja Nº55, documento Nº23.
  • Nota enviada por el ministro de Guerra al Sub-Jefe de Policía Raúl Puyol, Buenos Aires, 05/12/1936 en Archivo General de la Nación, Ministerio del Interior, Intervenciones Federales, documento 200.
  • Nota telegráfica del jefe del 15º Distrito de Correos y Telégrafos al presidente de la Nación, Agustín P. Justo”, Paraná, 11 de marzo de 1937, en Archivo General de la Nación. Sala VII. Fondo Agustín P. Justo. Caja Nº55, documento Nº36.

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Citas

[1] En ambos casos son denominaciones que asumieron las federaciones de sindicatos de oficios.

[2] El Debate, Gualeguay, 22/01/1934.

[3] República Argentina. Tercer Censo Nacional, Tomo VII, Censo de las Industrias, Buenos Aires, Talleres Gráficos L. J. Rosso y Cía., 1917, pp.269-337. Ministerio de Hacienda. Comisión Nacional del Censo Industrial, Censo Industrial de 1935, Buenos Aires, DGEN- Casa Jacobo Peuser, 1938, p. 213.

[4] Provincia de Entre Ríos. Ministerio de Gobierno. Dirección General de Estadística, Síntesis estadística: año 1927, Paraná, Imprenta Oficial, 1928. Provincia de Entre Ríos. Ministerio de Hacienda, Dirección General de Estadística, Síntesis Estadística: Año 1943, Paraná, Imprenta de la Provincia, 1944.

[5] Provincia de Entre Ríos. Ministerio de Gobierno. Dirección General de Estadística, Síntesis Estadística: Año 1932, Paraná, Imprenta Oficial, 1932, pp.47. Ministerio de Agricultura. Censo General agropecuario de 1937: resultados generales (Cifras Provisionales), Buenos Aires, S/E, 1938, pp.16-17.

[6] República Argentina. Tercer Censo Nacional, Tomo V, Explotaciones Agropecuarias, Buenos Aires, Talleres Gráficos L. J. Rosso y Cía., 1919, p.585. Ministerio de Agricultura. Censo nacional agropecuario: 1937, Buenos Aires, Guillermo Kraft Ltda., 1940, p.189.

[7] Periódico El Despertar, Órgano de la Unión Obrera Departamental de Concepción del Uruguay. Enero de 1936. En adelante: ED.

[8] Tibiletti Eduardo: Mensaje del Gobernador de la provincia de Entre Ríos Dr. Eduardo Tibiletti al iniciarse el 78º periodo ordinario de sesiones de la Honorable Legislatura. Julio 1937, Paraná, Imprenta de la Provincia, 1938, p.11.

[9] Semanario Bandera Proletaria, 24/08/1929. En adelante: BP. La organización definitiva se alcanzó en febrero de 1930 cuando se conformó la Comisión Administrativa: BP, 08/02/1930. BP, 14/09/1929.

[10] BP, 26/10/1929. BP, 28/09/1929. BP, 09/11/1929. BP, 16/11/1929.

[11] BP, 07/12/1929, p.3.

[12] BP, 07/12/1929, p. 4. BP, 21/12/1929, p. 1. Sobre la conformación del Sindicato de Clasificadores de Diamante, BP, 01/01/1930.

[13] BP, 18/01/1930, p.1.

[14] BP, 25/01/1930.

[15] Ídem, p. 1. BP, 15/02/1930, p. 1.

[16] BP, 22/02/1930, p. 1.

[17] BP, 22/03/1930. BP, 29/03/1930. BP, 12/04/1930.

[18] BP, 19/04/1930.

[19] BP, 17/05/1930. BP, 24/05/1930. BP, 31/05/1930.

[20] BP, 09/08/1930.

[21] BP, 16/08/1930, p. 1.

[22] En este sub-apartado nos centraremos fundamentalmente de las actividades realizadas por los obreros vinculados al núcleo de Diamante. Y solo referencias secundarias a la situación de otros núcleos, en particular al de la UOD de C. del Uruguay. Para una visión de conjunto ver: Leyes, 2014.

[23] BP, 12/07/1930.Sartelli, 1993: T. 3, 281.

[24] Borda, Op. cit., pp.39-40.

[25] Recordemos que la CGT nació de la unificación de la USA de tendencia marcadamente sindicalista, junto a la Confederación Obrera Argentina, vinculada al Partido Socialista. La unificación que dio nacimiento a la Confederación General del Trabajo (CGT) se realizó el 27 de septiembre de 1930, pocas semanas después del golpe de Uriburu. Para el contexto ver: Matsushita, 2014: Cap. III.

[26] Sobre el núcleo sindical de Concepción del Uruguay y en particular la relación con la UOPER se puede consultar: Gilbert &Balsechi, 2008: 109-120. Y Arnaizen Di Tella, 1993: 98-107

[27] ED, agosto de 1932, pp.4-5. ED, septiembre de 1932.

[28] Obreros portuarios de Uruguay, Sindicato de Camioneros de Uruguay, Sindicato de carreros de Uruguay, Sindicato de Panaderos de Uruguay y de Diamante, Clasificadores de cereal de Uruguay, Seccional FOM de Uruguay y la Seccional FOM Colón, Seccional ATE de Uruguay, Estibadores de Diamante, de Strobel, de Paraná, de Viale, de Ibicuy, de Puerto Alvear, Oficios Varios de Aranguren, de Villa Clara, de Lucas González de Maciá. Invitados y que no pudieron concurrir: Oficios varios de Basabilbaso y La Paz. Pocos días después solicitaron su ingreso, Oficios Varios de Federal, Estación Solá, Hernández, Sauce de Luna, Crespo, Racedo, Ramírez, Oficios varios de Villaguay. Ver: ED, septiembre de 1932, pp.3-4. Boletín de la CGT, Órgano de la CGT, Buenos Aires, 25/11/1932, p.3. En adelante: BCGT.

[29] ED, septiembre de 1932, p.4.

[30] ED, mayo de 1933. En el Boletín de la CGT, se hacía una explicación de cómo sería la forma para demandar a las diferentes autoridades, ver: BCGT, 01/05/1933. Es interesante la defensa que realizan de la Bolsa de Trabajo en el ejemplar del 1º de mayo de 1934 del periódico El Despertar, en el cual, la prefieren a la “platónica espera de la revolución social”, ver: ED, 01/05/1934.

[31] BCGT, 25/10/1933.BCGT, 25/12/1933.

[32] BCGT, 28/02/1934. CGT, 11/05/1934. CGT, 06/07/1934.CGT, 07/09/1934.

[33] En Federal sucedió un hecho que vale rescatar para comprender la diversidad de situaciones y la falta de cuadros con la que se reorganizaba, a la que se refería el periódico de la CGT: “…les tocó la desgracia de elegir un secretario que se creyó que frente a los camaradas mandaba un pelotón de reclutas (porque él fue cabo del ejército), llegando al colmo de hacerse tirar flores cuando terminaba de hablar en algún acto o asamblea. Frente a esta situación, los compañeros, con un alto concepto de la organización, lo expulsaron del Sindicato por su actitud…”, en CGT, 07/12/1934.

[34] CGT, 21/09/1934. CGT, 12/10/1934.

[35] Se especifican: Villa Mantero, Basavilbaso, XX de septiembre, Colón, Solá, Lucas González, Maciá, Mansilla, Galarza, Crespo, Strobel, Diamante, Paraná, Urquiza, Urdinarrain, Las Moscas, Villa Clara, Villaguay, Concordia, Domínguez, Libaros, Gualeguaychú, Santa Fe –gira de solidaridad con la lucha de los marítimos de ese puerto- Tala, Racedo, Cazes, Ramírez, Victoria, incluso la fuente indica “otras”. CGT, 07/12/1934.

[36] Se trataban de de Crespo, Seguí, Viale, Alcaráz, Tabossi, Sosa, Hasenkamp, Las Garzas, Bovril, Sauce de Luna, Conscripto Bernardi, Federal, María Grande, Diamante, Strobel y Cimarrón, dónde se había conformado recientemente el sindicato.

[37] El primer punto era el pedido de las ocho horas, el salario de los hombreadores sería de $7, el de los estibadores de $8, los costureros $5, las bolsas no pesarían más de 70 Kl. ni se transportarían por más de 60 metros, abolición del trabajo a destajo, y la contratación se realizará a través de la Bolsa de Trabajo y se intuirá dónde no se aplicara, el pago se realizará en moneda nacional –lo que entrelineas nos dice que aún existían sistema distorsivos con vales-el 1º de Mayo no se trabajaría y luego, algunos pedidos relacionados a las horas extras y los horarios de trabajo. Sebastián Marotta, en referencia a los logros de la UOPER, señala que en Conscripto Bernardi a los trabajadores se les pagaba en vales, hasta que la organización sindical cambió la forma de pago. Ver: CGT, 19/04/1935.

[38] CGT, 30/11/1934. CGT, 07/12/1934. CGT, 14/12/1934. CGT, 21/12/1934. CGT, 28/12/1934. En Conscripto Bernardi, durante el conflicto resultó muerto un carnero y un cerealista, por eso es que se metieron preso a los obreros. La nota a tener en cuenta es que la defensa fue hecha por un abogado de apellido Lanús, que después fue elegido como vicegobernador (UCR) de Tibiletti, ver: CGT (Catamarca),28/08/1936, p.4.

[39] CGT, 25/01/1935.

[40] CGT, 01/03/1935. CGT, 08/03/1935. CGT, 15/03/1935.

[41] Durante la fundación de la UOPER se dio un interesante debate doctrinal que giró en torno a la política que se debía asumir con los miembros del sindicato que tengan actividad político-partidaria. Diamante proponía la completa separación de quienes estuvieran en esas situaciones, mientras Uruguay era más tolerante. Finalmente venció la posición de Diamante. Curioso es que en el debate no se nombre a qué partidos se refieren: ¿PS? ¿PC? ¿UCR…? ver: ED, septiembre de 1932.

[42] CGT, 07/12/1934. Ángel Borda justificaba esa discusión, porque consideraba que los dirigentes de la UOPER decretaban paros que era innecesario el acompañamiento de todos los militantes provinciales, ver: Borda, 1987: 40-41.

[43] Componían la FOCE: Diamante, Strobel, Puerto Alvear, Crespo, Hernández, María Grande (Estibadores y el sindicato de personal doméstico.) Seguí, Tabossi, Sosa, Hasemkamp, Cimarrón y Federal. Ver: Avance, Órgano de la Federación Obrera Comarcal Entrerriana, Diamante, agosto de 1935. La constitución de la FOCE fue saludada por Abad de Santillán y los miembros de la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA), ver: Acción Libertaria, Órgano de la FACA, Buenos Aires, marzo de 1935. En adelante: AL. Estrictamente, aún no eran la FACA sino la CRRA (Comisión Regional de Relaciones Anarquistas): Ver: López Trujillo, En prensa.

[44] Las acusaciones cruzadas, tratando de “Quintistas” (por la FORA Vº, anarquista) no se hizo esperar sobre la FOCE, mientras el rotulo de “reformistas” y de tener buenas relaciones con el gobierno provincial se imputaron a la UOPER. ED, Julio de 1935.

[45] Los presentes fueron: Estibadores de Viale, Panaderos de Uruguay, Oficios Varios de Ubajay, ATE seccional Uruguay, Oficios Varios de Tala, Obreros Portuarios de Uruguay, Oficios Varios de Mantero y Jubileo, Camioneros de Uruguay, Oficios Varios de Maciá y Lucas González, Centro de Empleados de Comercio de Uruguay y Gualeguaychú, Oficios Varios de General Campos, Oficios Varios de Sauce de Luna, Domínguez, Solá, Villa Clara, San Salvador, Mansilla, Basavilbaso, Empleados de Comercio de Basavilbaso, Oficios Varios Pueblo Brugo, Estibadores de La Paz, Estibadores de Gualeguay, Oficios Varios de Villaguay, Urquiza, Las Moscas, Bovril, Urdinarrain, FOM Uruguay, Oficios Varios de Galarza, Alcaráz y Conscripto Bernadi. Se agrega, además, que de los sindicatos presentes hubo otros dieciséis que por diferentes motivos no pudieron estar presentes: Oficios Varios y el de Carreros de Concepción del Uruguay, Oficios varios de Las Garzas, de Estación Raíces y Puerto Ruíz, estibadores y panaderos de Victoria, estibadores y panaderos de La Paz, estibadores de Curtiembre, estibadores de Gualeguaychú, FOM de Concordia y Colón, Oficios Varios de Arroyo Barú, de Desvío Clé y los obreros del Tabaco de Paraná. CGT, 12/04/1935.

[46] En el panfleto insultaban a los miembros de la UOD de Uruguay y que la UOPER enviaba dinero a la CGT para que estos se la entreguen a la policía de Buenos Aires, en CGT, 12/04/1935.

[47] Avance, agosto de 1935.Avance, septiembre de 1935. AL, octubre de 1935. Ángel Borda, en su compilación de cuentos, realiza una ficción donde se lee entrelineas la descripción “desde abajo” del conflicto de los hacheros y el fracaso de la huelga, cfr.: Borda, 1987: 71-78. De la declaración de la FORA tomaban las resoluciones de aquella central adoptados en el IVº y Vº Congresos de esa entidad. Se pueden resumir en la idea de un sindicalismo revolucionario, que busca el Comunismo Anárquico y la acción directa. Ver: Avance, enero de 1936. Cfr.: Abad de Santillán, 2005: 142-151.Avance, 31/10/1935.

[48] CGT, 22/11/1935.

[49] Ídem.

[50] ED, diciembre de 1935.

[51] Matsushita, 2005: 205. ED, enero de 1936.

[52] Avance, 31 de enero de 1936.

[53] Avance, mayo 1936. AL, 06/10/1936.

[54] AL, noviembre de 1936.

[55] Periódico Crónica, Diamante, diciembre 1936. (La fuente posee la fecha borrada)

[56] Nota enviada por el ministro de Guerra al Sub-Jefe de Policía Raúl Puyol, Buenos Aires, 5 de diciembre de 1936 en Archivo General de la Nación, Ministerio del Interior, Intervenciones Federales, documento 200.

[57] AL, febrero de 1937. Periódico Los Principios, UCR, Concepción del Uruguay, 26/01/1937.

Crónica, 14/01/1937. El periódico El Despertar informó que la huelga comenzó el 1º de enero, ver: ED, enero de 1938.Diario La Nación, Buenos Aires, 15/01/1937.

[58] El Diario, UCR, Paraná, 08/01/1937.

[59] Los Principios, 15/01/1937.

[60] Crónica, 14/01/1937.

[61] La Nación, 15/01/1937.

[62] El Diario, 15/01/1937. AL, febrero de 1937.La Nación, 16/01/1937.CGT, 29/01/1937.

[63] Los Principios, 20/01/1937.

[64] AL, febrero de 1937.

[65] CGT, 29/01/1937.

[66] Los Principios, 26/01/1937.

[67] Nota telegráfica del jefe del 15º Distrito de Correos y Telégrafos al presidente de la Nación, Agustín P. Justo, Paraná, 29 de enero de 1937, en Archivo General de la Nación. Sala VII. Fondo Agustín P. Justo. Caja Nº55, documento Nº23. En adelante: A.G.N.-SVII.F.A.P.J.C. Nº, D.Nº.

[68] Nota telegráfica del jefe del 12º Distrito de Correos y Telégrafos al presidente de la Nación, Agustín P. Justo, Paraná, 04 de febrero de 1937, A.G.N.-SVII.F.A.P.J.C. Nº55, D.Nº.26. Mayúsculas en el original.

[69] Los Principios, 05/02/1937.

[70] La Nación, 06/02/1937.

[71] CGT, 19/02/1937.

[72] AL, febrero de 1937.

[73] ED, enero de 1938.

[74] La Nación, 07/02/1937

[75] Los Principios, 15/02/1937. CGT, 19/02/1937.

[76] CGT, 12/02/1937, p.3. Sobre la mención del sindicato de Viale como adherente a la UOPER/CGT ver: CGT, 26/02/1937, p.4.

[77] AL, febrero de 1937.

[78] CGT, 26/02/1937, p.4.

[79] CGT, 05/03/1937, p.4.

[80] Nota telegráfica del jefe del 15º Distrito de Correos y Telégrafos al presidente de la Nación, Agustín P. Justo”, Paraná, 11 de marzo de 1937, A.G.N.-SVII.F.A.P.J.C. Nº55, D.Nº.36.

[81] AL, 23/04/1937. Mayúscula en el original.

[82] ED, enero de 1938.

[83] Honorable Senado de la Nación, 1938: 2 tomos.

[84] La Nación, 01/01/1937. Crónica, 05/01/1937. Ver el discurso de Laurencena: Laurencena, 1937.

[85] La Nación, 16/01/1937.

[86] La Nación, 20/01/1937.

[87] El periódico La Voz de Entre Ríos, nacionalista y de Paraná, es el mejor ejemplo de esta reproducción mediática, exagerando los dichos y poniendo el acento en un supuesto proceso de bolchevización de la provincia. Cfr.: La Voz de Entre Ríos, 04/01/1937; 06/02/1937; 08/02/1937; 15/02/1937; 24/02/1937.

[88] La Nación, 26/01/1937.

[89] Ver: Sartelli, 1993.

[90] Docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, especialista en legislación laboral, delegado argentino en conferencias internacionales vinculadas en la materia. Unsain vivió parte de infancia y adolescencia en Paraná. Ver: Caterina, 2010.

[91] La Nación, 02/02/1937

[92] Provincia de Entre Ríos, Ministerio de Gob. y Obr. Públ., 1937.

[93] La Nación, 03/02/1937

[94] Diario La Razón, Buenos Aires, 01/02/1937.

[95] Consultar: La Razón, 01/02/1937. 02/02/1937. 03/02/1937. 04/02/1937. 05/02/1937. Incluso, el 8 de febrero del mismo año hablan de “Subversión moral” en el Colegio Normal de Paraná. Afirmando que, si bien el Colegio no dependía del gobierno de la provincia, los acusados de un crimen que no aparece en la nota defendían al gobierno provincial, era muestra de la vinculación entre unos y otras, y con ello, el peligro a las “instituciones” (burguesas). Señalando que era el mismo criterio que se utilizaba en los conflictos capital/trabajo que tenían a la provincia en un “estado de intranquilidad social que vanamente se quiere ocultar…”. Ver: La Razón, 08/02/1937. Hubo más editoriales de ese estilo, cfr.: La Razón, 12/02/1937.

[96] La Razón, 05/02/1937. Reproducido también en Diario El Censor, Gualeguaychú, 08/02/1937.

[97] La Nación, 06/02/1937.

[98] El Diario, 11/03/1937.

[99] Provincia de Entre Ríos, 1937: 24.

[100] Ibídem, p.26.

[101] Nieto, 2011-2012: 199.

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