Los marítimos, ¿un gremio sindicalista?
Por Alejandro Belkin
Introducción
La corriente sindicalista desempeñó un papel protagónico en varias de las experiencias gremiales más importantes del movimiento obrero argentino. Si nos remitimos a las centrales obreras, sabemos que cumplieron un rol decisivo en la direcciones de la UGT, la CORA, la FORA IX, la USA y la CGT. En el caso de sindicatos particulares, su influencia ha sido diversa, pero sin dudas sobresale su participación en la conducción de la FOM. El rol estratégico que ocuparon los trabajadores marítimos en la economía agroexportadora, transformaron a este sindicato en uno de los más importantes de la época. Con el correr del tiempo, sindicalismo y marítimos se han convertido en sinónimos[1]. Sin embargo, la investigación que hemos realizado, problematiza este vínculo. La conducción de los marítimos devino sindicalista revolucionaria lenta y tardíamente. Hasta el IX Congreso de la FORA, en 1915, no podemos afirmar que la FOM fuera una organización dirigida por el sindicalismo revolucionario. Los cuadros dirigentes de las organizaciones navales no formaron parte del núcleo original del sindicalismo revolucionario. Para sustentar estas afirmaciones, hemos indagado en la participación de los gremios marítimos en las centrales obreras dirigidas por el sindicalismo revolucionario.
Los trabajadores portuarios en los congresos de la UGT
Comenzamos nuestro recorrido rastreando la presencia de los trabajadores portuarios en los congresos de la UGT. En su asamblea fundacional, realizada los días 7, 8 y 15 de marzo de 1903, participaron 72 delegados, en representación de 38 sociedades de resistencia, 20 de la Capital Federal y 18 del resto del país[2]. En este cónclave, no encontramos ninguna organización perteneciente a los trabajadores de a bordo[3]. Solo figura una pequeña sociedad de los obreros del puerto de La Plata y otra perteneciente a los estibadores de Rosario, representada por el Dr. Juan B. Masset. La poderosa Sociedad de Obreros del Puerto de la Capital, fundada en septiembre de 1901 (Abad de Santillán, 1933, p. 136)[4], estuvo desde sus orígenes controlada por los anarquistas, por ese motivo, no participó jamás de ningún congreso de la UGT. Entre los siete miembros electos para la Junta Ejecutiva no figura ninguno relacionado con las actividades portuarias.
El segundo congreso, realizado el año siguiente, los días 23, 24, 25 y 26 de abril, contó con la presencia de 43 sindicatos, 26 pertenecientes a la Capital Federal y 17 del interior. Participaron 77 delegados en representación de 7400 asociados[5]. En esta oportunidad, volvemos a encontrar a la sociedad de obreros del puerto de La Plata, no figura la sociedad de estibadores de Rosario, pero se suma el gremio que reúne a los obreros del puerto de San Nicolás. El 28 de junio de 1903 se había fundado la Sociedad de Resistencia de Marineros y Foguistas (SRMF)[6]. Esta flamante asociación, que agrupaba a los trabajadores marítimos de a bordo, no participa del cónclave[7].
Desde el 12 al 18 de agosto de 1905 se realizó el 3º Congreso de la UGT. Participaron 95 delegados, en representación de 69 sociedades, 37 de la Capital y 32 del resto del país[8]. El total de afiliados cotizantes alcanzaba la cifra de 7659 (Marotta, 1960, p. 214). Entre los presentes hubo un solo sindicato relacionado con las actividades portuarias, se trató de la Sociedad de Obreros del Puerto de Concordia. Ese mismo año se realiza el renombrado 5º Congreso de la FORA, donde se aprueba una declaración en favor del comunismo anárquico, resolución que será objeto de duras controversias durante los próximos diez años. En esta asamblea, que ocupa un lugar clave en la historia del movimiento libertario, estuvieron presentes, además de los obreros del puerto de la Capital, los marineros y foguista. La SRMF, al tiempo que no tiene ninguna participación en la UGT, cotizaba para la FORA. Así lo atestigua el balance que aparece publicado en su órgano de prensa. El resumen de entradas y salidas de la caja social del sindicato, durante el segundo semestre de 1905, muestra que la SRMF cotizó $ 171,50, ese monto equivalía a las cuotas de marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto y a cuenta de septiembre[9]. Además, participa de manera regular de las reuniones del Comité Federal de la FORA[10]. Los datos hasta aquí aportados, indican que la inmensa mayoría de los trabajadores portuarios agremiados, estibadores y personal de a bordo, estaban enrolados en la FORA, cuya adhesión a los a los ideales del comunismo anárquico era indiscutible.
En 1906 la SRMF atraviesa una crisis, se alejan algunos compañeros y forman la sociedad “Foguistas Unidos”, el 27 de mayo[11]. Esta fractura, ¿expresó diferencias de carácter ideológico? ¿Encontramos la presencia de militantes sindicalistas en esta disputa? No hay elementos que apoyen esa hipótesis. En un primer momento, la SRMF reaccionó muy duramente contra los disidentes. En su periódico los fustigaron de esta manera:
Un grupo de individuos de tendencias antagónicas al espíritu de resistencia, invocando la calumnia y los medios más bajos, ha conseguido desviar a una minoría de compañeros foguistas afiliados a esta Sociedad, aconsejándoles a ingresar en la que ellos han formado, titulada «Foguistas Unidos»”. La SRMyF “hace presente de que no omitirá esfuerzos para desbaratar los torpes propósitos de estos traidores, valiéndose para ello de los medios al alcance de toda Asociación que cultiva sanos principios.[12]
Los disidentes son calificados de traidores. Sin embargo, hacia fines del mismo año, la consideración sobre aquellos que se habían alejado se fue morigerando. Ahora son convocados amablemente a recomponer la unidad del gremio:
…espero de vosotros menos intransigencia […] confiado en que juzgando las cosas con imparcialidad y tomando el asunto con interés, surgirá de vosotros la iniciativa de una reconciliación que será beneficiosa tanto para los marineros como para los foguistas. […] Salud y unión.[13]
Las razones del alejamiento no quedan muy claras. No parece que tuviera raíces ideológicas. No encontramos elementos que indiquen que se trató de un enfrentamiento entre anarquistas y sindicalistas. Por el contrario, parece una disputa entre dos fracciones del anarquismo. El órgano de prensa de la SRMF publicaba propaganda del periódico La Protesta, aún después de la ruptura. No hay publicidad de ningún otro periódico. El texto del anuncio decía así:
Trabajadores: leéd, difundid y sostened LA PROTESTA. Es la única Hoja diaria de Sud América, genuinamente Obrera y tenáz fustigadora de los que usurpan nuestra producción.[14]
Todo indica que la SRMF estaba adscripta a la FORA e ideológicamente era un sindicato de orientación anarquista. Sucede algo similar con la sociedad «Foguistas Unidos». Los días 19, 20 y 21 de septiembre de 1906 se llevó a cabo el 6º Congreso de la FORA, en la ciudad de Rosario. Entre los gremios presentes se encuentran los Marineros y Foguistas, pero también concurre la sociedad de «Foguistas Unidos»[15]. Esto revela que ninguna de las dos organizaciones adhería al sindicalismo revolucionario. La participación en el congreso de la FORA, de estas dos instituciones, respalda la idea de que se trataba de una divergencia al interior del campo libertario. Para integrar el Consejo Federal fue elegido Carlos Fornos (Marotta, 1960, p. 269), delegado de los marineros y foguistas (Abad de Santillán, 1933, p. 158). Esto revela que los trabajadores de abordo, lejos de participar en la UGT, constituyeron una pieza clave de la FORA anarquista.
También en 1906, tuvo lugar el 4º Congreso de la UGT. Concurrió un solo gremio relacionado con las actividades portuarias, la sociedad Estibadores Unidos de la ciudad de Rojas, que contaba con 50 miembros, el 0,9% del total. Como era de esperar, no estuvieron presentes ni la SRMF, ni la organización “Foguistas Unidos”. Este Congreso de la UGT tuvo especial relevancia porque los sindicalistas conquistaron la dirección de la central obrera, “alcanza preminencia el pensamiento autonómico del sindicalismo, despuntado ya en el tercer congreso” (Marotta, 1960, p. 260). En este cónclave, transcendental para la historia del sindicalismo revolucionario, los gremios marítimos estuvieron completamente ausentes.
El 11 de enero de 1907 se funda la Liga Obrera Naval Argentina (LONA), unificando la SRMF y la sociedad «Foguistas Unidos»[16]. Julio Nóbile, activista de la FORA, fue designado en la conducción de la flamante organización (Caruso, 2016, p. 110). Este militante había oficiado de secretario en el 5º Congreso de la FORA (Marotta, 1960, p. 233) y ocupó el cargo de secretario interino de esa institución (Abad de Santillán, 1933, p. 1933). Aquí aparece nuevamente refrendada la fuerte vinculación entre la organización de los marítimos y la central obrera anarquista.
Entre los días 28 de marzo y 1º de abril se realizó el primer Congreso de Unidad. La Liga Obrera Naval Argentina estuvo representada por los delegados Carlos Fornos y Juan Colmeyro (Oddone, 1975, p. 276). En su última jornada se debatió una resolución clave, que terminó fracturando el cónclave. El secretario de la FORA, Francisco Jacquet, presentó una moción donde proponía que el congreso recomiende “la propaganda del comunismo anárquico en el seno de todas las sociedades” (Marotta, 1960, p. 298). La proposición fue aceptada por 62 votos a favor, 9 en contra y 38 abstenciones. Conocidos los resultados de la votación, 30 sociedades presentaron una declaración de protesta por escrito y se retiraron del congreso[17]. La Liga Obrera Naval Argentina votó a favor de la recomendación del comunismo anárquico, ratificando, una vez más, su alineamiento con la FORA (Abad de Santillán, 1933, p. 173).
A fines de 1907 se reunió el 7º Congreso de la FORA[18]. Sesionó en la ciudad de La Plata del 15 al 17 de diciembre. Entre las sociedades participantes encontramos a la Liga Obrera Naval Argentina (Oddone, 1934, p. 114). Según Abad de Santillán, concurrió solo la sección de foguistas de esa organización (Abad de Santillán, 1933, p. 183). Sin embargo, los marineros también participaron del congreso, con una delegación propia. La actitud prepotente de los anarquistas, en el reciente Congreso de Unidad, habría ocasionado divergencias en el campo libertario. Quizás hayan sido esos desacuerdos los que expliquen que marineros y foguistas hayan participado con delegaciones separadas[19]. En cualquier caso, la FORA mantenía en su seno la representación de todos los trabajadores de a bordo organizados. Este congreso ratificó su adhesión a los postulados del comunismo anárquico y recomendó a los trabajadores que presten “su concurso moral y material” para asegurar “la existencia del paladín de la clase trabajadora que es el diario La Protesta” (Abad de Santillán, 1933, p. 185). En un momento de turbulencias para la FORA, los gremios marítimos volvieron a confirmar su fidelidad a la central obrera anarquista.
Fugaz acercamiento de los marítimos a la CORA
A comienzos de 1908, los sindicalistas retomaron la campaña por la unidad gremial. Desde ese momento, van a desplegar una profusa agitación en favor de un nuevo congreso de fusión[20]. Sus ingentes esfuerzos se verán coronados por el éxito. Luego de sortear múltiples inconvenientes, consiguieron que el 25 de septiembre de 1909 se reúna el segundo congreso de unidad. Concurrieron 44 sociedades, 29 de la Capital Federal y 15 del interior del país[21]. Entre los sindicatos que estuvieron presentes se encontraban la Sociedad de Obreros del Puerto de la Capital y la Liga Obrera Naval Argentina. Las deliberaciones se extendieron por dos días y cuatro sesiones, al cabo de las mismas se sancionó la unidad del movimiento obrero, creando una nueva institución denominada Confederación Obrera Regional Argentina (CORA). Las resoluciones del congreso de unidad tenían que ser refrendadas por la FORA y las asambleas de cada gremio[22]. Por ese motivo, el debate sobre la unidad se traslada al interior de cada sindicato. Se suceden los pronunciamientos de diversas entidades gremiales. El periódico de la Liga Obrera Naval Argentina, La Aurora del Marino, se manifiesta en favor de la unidad sindical, en un extenso artículo afirma: “Deber de nosotros, la L. O. N. Argentina, es concurrir con todas nuestras fuerzas al engrandecimiento de esta nueva institución”[23]. Estas líneas preceden a la publicación de la declaración de principios y las bases de la CORA. Según el autor, se trata de brindar información para que los afiliados “puedan concurrir a la próxima asamblea con un criterio formado”. Ciertamente, se trataba de influir en las decisiones de los miembros del sindicato, propiciando la adhesión a la CORA. La resolución que finalmente adoptase la LONA era trascendental para la flamante central obrera. Los sindicalistas eran conscientes de la importancia que tenía, para la consolidación de la CORA, conseguir la adhesión de este sindicato. Por esa razón, reproducen inmediatamente en su periódico el artículo de La Aurora del Marino, otorgándole un lugar destacado. Además, tenía una connotación adicional. La adhesión de la LONA significaba que los sindicalistas conseguían atraer a sus filas a un gremio que tradicionalmente estuvo afiliado a la FORA. Representaba un avance de los sindicalistas sobre los anarquistas.
Finalmente, en noviembre de 1909, los sindicalistas publicaron una lista actualizada de sindicatos que resolvieron adherirse a la CORA, entre ellos figura la LONA[24]. Por primera vez, en la historia del sindicalismo argentino, el gremio de los marineros y foguistas abandonaba la central obrera anarquista y se incorporaba a otra dirigida por los sindicalistas. La decisión adquiere mayor relevancia si tenemos en cuenta que la FORA, luego de fuertes debates internos, resolvió denegar su adhesión a la CORA. La decisión del gremio naval expresaba un movimiento más amplio, varios sindicatos dirigidos por militantes libertarios, decidieron abandonar la FORA. Los sindicalistas señalaban que “a los anárquicos fusionistas, no se los considera más anárquicos, pues se les llama sindicalistas, […] pero no es exacto que hayan dejado de ser anarquistas”[25]. Los sindicalistas abrieron las puertas de su periódico a estos “anárquicos fusionistas”[26]. Los cuadros gremiales que dirigían la LONA no se volvieron sindicalistas revolucionarios, desde su identidad anarquista avalaron el ingreso de su organización gremial en la CORA.
El 28 de septiembre de 1909, a las 21 hs, se reunió por primera vez el Consejo Confederal de Relaciones, órgano directivo de la CORA. En su cuarto encuentro, el 7 de noviembre, se incorporó Juan Colmeyro delegado por la LONA.
El 19 de enero de 1910, los marineros y foguistas encuadrados en la LONA, ante la respuesta negativa a sus reclamos, decidieron declarar la huelga. Tal acción, impulsada por 4000 trabajadores, terminó a los pocos días, con la firma de un nuevo convenio con las empresas del sector. El jefe de policía, Luis Dellepiane, ofició de mediador. El 22 de enero, una asamblea obrera aprobó las condiciones del acuerdo. Pocos días después, el secretario general de la LONA agradeció públicamente al jefe de policía por su intervención en el conflicto. Las declaraciones de Juan Comeyro desataron un vendaval de críticas. La conducción sindicalista de la CORA salió inmediatamente al cruce, distanciándose de Colmeyro y criticando, además, la mediación policial en el conflicto. “La CORA ajena por completo a la forma que solucionó el conflicto, se halla en el deber de manifestar que ella para nada intervino”. Agrega que el “espíritu de clase” de la LONA carece de consistencia: “el espíritu de preponderancia que anima a elementos directivos de esa organización, ha impedido que le criterio sano y de clase se desarrollara como punto de mira en el conflicto”[27]. El Consejo Confederal de la CORA, en una reunión extraordinaria, realizada el 20 de enero de 1910, decide expulsar de su seno al delegado de la LONA, Juan Colmeyro. En la misma resolución se aclara que ese tema debería ser tratado en la próxima reunión de delegados[28]. El 6 de febrero se reúne el Consejo Confederal de Delegados, están presentes los representantes de las siguientes sociedades: Herreros de Obras, Ebanistas, Constructores de Carruajes, Torneros en Madera, Bronceros, Centro Obrero de Baradero, Sombrereros, Escultores en Madera, Talabarteros, Panaderos de Balcarce, Electricistas, Vidrieros, Pintores, Constructores de Carruajes de Córdoba, Escoberos y Constructores de Carruajes de Azul. El secretario informa y justifica la expulsión del Consejo. Loperena aprueba la actitud del Consejo al haberlo separado. Cuneo manifiesta que no se lo debía haber destituido, sino suspendido de su puesto. Marotta justifica la actitud del Consejo y dice que “la dignidad lo exige”. Vidrieros, Sombreros y otros delegados suscriben la decisión. Finalmente, “se aprueba la actitud del Consejo en esa emergencia”[29]. El 1º de marzo el Consejo Confederal vuelve a tratar el asunto referido a la LONA. En esta oportunidad, Juan Colmeyro fue invitado para que presente su descargo. “Después de una larga discusión se acuerda que la CORA llame una asamblea para el viernes 4 del corriente llamando a los marineros para aclarar los cargos que pesan sobre Colmeiro”[30], pide también que la LONA nombre una nueva comisión administrativa[31]. En la sesión del 15 de marzo del Consejo Confederal, Montesano informa de las gestiones que junto con Perduca llevaron adelante ante la LONA. Comunica que la asamblea del gremio decidió mantener en su puesto a Colmeyro. El 30 de marzo, en la reunión del Consejo Confederal, se decide que un compañero de la CORA se entreviste con la conducción de la LONA para tomar una decisión definitiva[32]. Finalmente, en la sesión del 13 de abril, Montesano vuelve a informar de sus gestiones ante la LONA. Debido a la confirmación de Colmeyro como delegado, les comunicó a los miembros de esa sociedad que la CORA se verá en la necesidad de separar a esa institución. En esa misma reunión, “se lee una nota de la Liga O. N. A. donde manifiesta que según nuestra resolución se declara autónoma”[33].
Resumiendo, desde sus orígenes, el gremio de marineros y foguistas estuvo encuadrado dentro de la FORA y vinculado ideológicamente al anarquismo. Recién en 1909 la entidad que los agrupa se aproximó a los sindicalistas y en noviembre de ese año resuelve incorporarse a la CORA, alejándose de la FORA y produciendo un viraje histórico en sus posiciones. Sin embargo, ese acercamiento va a durar muy poco tiempo. Luego de participar tan solo de cuatro reuniones del Consejo Confederal de la CORA[34], el 20 de enero de 1909, su secretario general es separado del cargo, la decisión es refrendada en la reunión de delegados del 6 de febrero. Finalmente, luego de intensas negociaciones, el órgano de dirección de la CORA decide apartar definitivamente a la LONA de su seno y esa organización resuelve abandonar la CORA y declarase autónoma. Es decir, el acercamiento que se había producido entre el gremio de trabajadores de a bordo y los sindicalistas se extendió, en el mejor de los casos, por apenas cinco meses, desde noviembre de 1909 hasta abril de 1910.
La FOM, un sindicato anarquista
En la noche del 5 de abril de 1910, en un histórico local obrero del barrio de La Boca, cito en Olavarría 363, se reunieron las comisiones de los trabajadores marineros y foguistas y crearon una nueva organización sindical, la Federación Obrera Marítima (FOM)[35]. La declaración de principios fue aprobada en una asamblea realizada tres días después[36]. El santafecino Francisco Javier García fue “el organizador, el alma y el animador” de la FOM (Troncoso, 1983, pp. 79-80). Para los principales voceros del sindicalismo revolucionario, nos referimos a los periódicos La Acción Socialista y La Confederación, la fundación de la FOM pasó totalmente inadvertida, no hacen ninguna mención al respecto.
Pocos días después, entre el 23 y el 25 de abril, se reunió el 8º Congreso de la FORA en la ciudad de Buenos Aires. La FOM, recientemente fundada, participó de sus sesiones, como institución afiliada a la central obrera de orientación anarquista (Oddone, 1934, p. 115). Luego de la breve experiencia de acercamiento de la LONA al sindicalismo revolucionario, los trabajadores marineros y foguistas organizados retornaban a su senda histórica, aquella que los habían caracterizado desde sus orígenes.
Después de producirse la huelga general del Centenario y la feroz represión al movimiento obrero, los sindicalistas retomaron, una vez más, su campaña en favor de la unidad sindical. Nuevamente, iniciaron febriles negociaciones para conseguirlo. Finalmente, los días 30 de noviembre, 1º y 2 de diciembre de 1912 se reúne el tercer Congreso de Unidad. Hasta pocos días antes, la FORA no había resuelto su participación. El domingo 3 de noviembre se reunieron los delegados de la FORA para fijar una posición definitiva respecto al congreso de fusión. Entre las sociedades que estuvieron presentes se encontraban “los conductores de carros, carpinteros, caldereros, zapateros, cortadores de calzados, marineros y foguistas, obreros del puerto”[37]. La asamblea decidió “aconsejar a las organizaciones federadas su concurrencia al Congreso de Unificación” (Marotta, 1961, p. 117). Los trabajadores de a bordo estuvieron presentes en la reunión de la FORA en la cual se decidió concurrir al Congreso de Unidad. La FOM decidió enviar sus delegados con el mandato de “sostener el pacto de solidaridad y el nombre de la FORA por ser ésta la primera institución obrera del país que supo encauzar al proletariado por el verdadero camino de su emancipación” (Marotta, 1961, p. 121). La FOM elogiaba la trayectoria de la FORA, de la cual formaba parte. Junto con esta reivindicación histórica de la central obrera anarquista, la FOM concurrió al congreso con una posición conciliadora, los delegados “tendrán libertad para allanar cualquier obstáculo que pudiera impedir la unificación” (Marotta, 1961, p. 121). La conducción de los trabajadores marineros y foguistas, desde su identidad anarquista, defendía la unidad sindical, sin abandonar su pertenencia ideológica.
La discusión clave del Congreso de Unidad estuvo centrada en las bases programáticas de la nueva institución. Los anarquistas abogaban por el Pacto de Solidaridad aprobado en al 4º Congreso de la FORA. Los sindicalistas apoyaban unas nuevas bases elaboradas por el congreso. En la última sesión del cónclave, cuando llegó el momento de la votación, la mayoría de los gremios pertenecientes a la FORA se habían retirado. Entre los delegados presentes, la bases programáticas alentada por los sindicalistas se aprueba por abrumadora mayoría. Entre los gremios que votaron favorablemente la mayoría son de orientación sindicalista, sin embargo, la FOM acompaña esa decisión. Esta osada resolución expresaba el acercamiento de una fracción del anarquismo a las posiciones unitarias del sindicalismo.
El dirigente marítimo Francisco García defendió su postura en favor de la unidad sindical y reivindicó su identidad anarquista, afirmó que “por parte de los que defendemos la fusión no hay tal inclinación al sindicalismo”. En su alegato dijo: “como anarquista, no tengo prejuicios ni tradiciones, porque entonces dejaría de ser tal”[38]. Al respecto, la redacción del periódico ácrata afirmó: “Si él cree sinceramente que las nuevas bases propuestas para la unificación son superiores a las antiguas de la Federación, su actitud ha sido y es perfectamente correcta y digna de un anarquista”[39].
La fusión obrera finalmente no llegó a consumarse. El 25 de diciembre de 1912, la FORA realizó una reunión de delegados y decidió adoptar la siguiente resolución: “en vista de que las bases presentadas para la unificación no son más amplias que el pacto de solidaridad de la FORA, aconseja a las sociedades federadas que […] mantengan la FORA” (Marotta, 1961, p. 128). La FOM acató ésta resolución y se mantuvo fiel a la central obrera anarquista.
El IX Congreso de la FORA
La insistencia sindicalista en la unidad gremial alcanzó su punto culminante en 1915 con motivo del 9º Congreso de la FORA. Los sindicatos adheridos a la CORA resolvieron participar. El cónclave decidió eliminar de su declaración de principios la adhesión a los postulados del comunismo anárquico. Los sindicalistas, en alianza con la fracción fusionista del anarquismo, lograron conquistar la dirección de la FORA. Los representantes de la FOM avalaron la nueva orientación de la FORA. El anarquista Francisco García fue elegido secretario general de la central obrera. Las decisiones de la FOM, ¿expresan un viraje ideológico de su máximo líder? En declaraciones posteriores al congreso, García reivindicó y defendió su identidad anarquista:
He meditado serenamente a objeto de ver si podía encontrar una sola contradicción en la orden del día que se votó en el IX Congreso, en sustitución de la «recomendación» de la propaganda del comunismo anárquico, y confieso que con toda sinceridad, que no tengo absolutamente nada que reprocharme como anarquista.[40]
Por lo tanto, Francisco “el gallego” García, secretario general de la FOM y de la FORA IX, defiende la actitud asumida en el reciente congreso, argumentando que no entraban en contradicción con su adscripción anarquista, proclamando que mantenía su fidelidad a los ideales libertarios.
***
En síntesis, los trabajadores marítimos y foguistas estuvieron encuadrados, desde sus orígenes, en la FORA anarquista[41]. Participaron de todos sus congresos. La SRMF, la LONA y la FOM fueron sindicatos adheridos a la FORA. En su trayectoria registramos solo un breve período de acercamiento y relación orgánica con el sindicalismo revolucionario, cuando la LONA decide incorporarse a la CORA. El vínculo se mantiene por pocos meses. El divorcio se produce en malos términos. Los principales referentes del sindicalismo, encumbrados en el Consejo Confederal de Relaciones de la CORA, expulsaron a los marítimos y foguistas de la LONA. Finalmente, cuando la FOM decide sellar una alianza permanente con el sindicalismo revolucionario, en el 9º Congreso de la FORA, su secretario general declara públicamente que defiende su identidad anarquista. Paralelamente, las centrales obreras controladas por el sindicalismo revolucionario, la UGT y la CORA, entre 1906 y 1915, no contaron entre sus filas a los trabajadores navales, excepto por los pocos meses en que la LONA perteneció a la CORA. Por lo tanto, en estos diez años, los sindicalistas revolucionarios tuvieron poca o ninguna injerencia en la conducción de las organizaciones gremiales de marineros y foguistas.
Bibliografía
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2016 Embarcados. Los trabajadores marítimos y la vida a bordo: sindicato, empresas y Estado en el puerto de Buenos Aires, 1889-1921. Buenos Aires: Imago Mundi.
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Troncoso, O.
1983 Fundadores del gremialismo obrero / 1. Buenos Aires: CEAL.
Citas
[1] David Rock fue uno de los historiadores que más ha contribuido a generar esta identificación. En su obra clásica sobre el radicalismo argentino, afirma que a partir de 1910 la FOM “se trasformó en la espina dorsal de la organización «sindicalista»”. Desde el momento de su fundación, llega a decir el autor, “se impidió deliberadamente la participación de los anarquistas” (Rock, 1977, p. 103). Como veremos en el presente artículo, estas afirmaciones son profundamente erróneas. La influencia que tuvo (y todavía tiene) la obra de Rock, en la historiografía argentina, coadyuvo a esparcir estos equívocos.
[2] Actas de los Congresos de la UGT, pp. 1-3.
[3] Los trabajadores del puerto “pueden ser agrupados, en términos generales, en tres categorías. Un primer grupo lo constituían los portuarios o estibadores […] Un segundo grupo estaba conformado por aquellos trabajadores de los talleres y astilleros […] Por último, entre los trabajadores del puerto estaba el profuso número de trabajadores cuyas labores se desarrollaban a bordo de las múltiples embarcaciones” (Caruso, 2012, pp. 9-10).
[4] El periódico ácrata anunciaba así la formación del nuevo sindicato: “Los estivadores del Puerto han celebrado igualmente numerosas reuniones estas últimas semanas, para organizarse. La nueva sociedad ha nacido fuerte y numerosa y con ánimo bien dispuesto para la lucha”, en “Movimiento Obrero”, La Protesta Humana, X, 141, 28/9/1901, p. 3.
[5] “Segundo Congreso de la Unión General de Trabajadores”, La Internacional: revista socialista, nº 2, 1/6/1904, p. 7.
[6] Boletín del Departamento Nacional del Trabajo, nº 40, febrero de 1919, p. 21. Sabemos de la existencia de una organización gremial previa, ver “Foguistas y marineros del puerto”, en La Vanguardia, VIII, 8, 23/2/1901, p. 1.
[7] Según Abad de Santillán, en abril de 1903 se funda una Federación de Estibadores y afines. Tampoco hayamos rastros de participación de esta organización en los congresos de la UGT (Abad de Santillán, 1933, pp. 114-115).
[8] La Unión Obrera, nº 28, p. 6.
[9] La Aurora del Marino, año II, nº 14, enero de 1906, p. 4.
[10] La Organización Obrera, año IV, nº 30, marzo de 1904, p. 3.
[11] Boletín del Departamento Nacional del Trabajo, nº 40, febrero de 1919, p. 24.
[12] La Aurora del Marino, año II, nº 15, abril de 1906, p. 4.
[13] La Aurora del Marino, año III, nº 17, noviembre de 1906, p. 1.
[14] La Aurora del Marino, año III, nº 18, diciembre de 1906, p. 4.
[15] “Actas del VI Congreso”, La Organización Obrera, año VII, nº 40, octubre de 1906, p. 1
[16] “Marineros y foguistas: triunfo de los obreros”, La Protesta, X, 931, 12/1/1907, p. 1.
[17] Geoffroy de Laforcade menciona el año 1907 como momento de inflexión en la influencia del anarquismo en la Argentina. A partir de ese momento comenzaría su declinación (Laforcade, 2010, p. 340). La actitud altanera asumida en el Congreso de Unidad de ese año habría contribuido a su progresivo ocaso. El propio Abad de Santillán reconoce esta situación: “Quizá se haya abusado un poco de la propia fuerza para aplastar al adversario” (Abad de Santillán, 1933, p. 175).
[18] “La escasa cantidad de organizaciones que participaron, y la falta de información sobre la cantidad de cotizantes de ese año, indican que la central anarquista pasaba por un momento de crisis” (Iscaro, 1973, p. 139).
[19] Geoffroy de Laforcade afirma que el anarquismo mantuvo su predominio tanto entre los marineros como así también entre los foguistas. Según el mismo autor, los sindicalistas se harán fuertes entre los oficiales de a bordo. “In practice, anarchists remained influential among sailors and firemen within the LONA, and officers, who were “management”, would soon find their way into syndicalist organisations” (Laforcade, 2010, p. 340).
[20] Una vez terminado el congreso de unidad, los sindicalistas afirmarán en su prensa: “Después de una larga campaña sostenida desde la prensa revolucionaria, con una constancia y vigor admirable, tanto como con una riqueza de argumentación y con pasión juvenil de almas sanas, llegamos al momento de la fusión proletaria”, en “El momento decisivo”, La Acción Socialista, V, 101, 30/10/1909, p. 1.
[21] Actas de la Confederación Obrera Regional Argentina, pp. 3-4.
[22] “La conformidad de los delegados todos con esa forma de unificación fue declarada en absoluto; sólo faltaba la resolución de las asambleas particulares de cada gremio”, en “El momento decisivo”, La Acción Socialista, V, 101, 30/10/1909, p. 1.
[23] Citado en La Acción Socialista, año V, nº 98, 4/10/1909, p. 3
[24] “Confederación Obrera Regional Argentina”, V, 103, 13/11/1909, p. 2.
[25] “Notas y comentarios”, La Acción Socialista, V, 99, 14/10/1909, p. 3
[26] “Opiniones obreras sobre la unificación sindical”, La Acción Socialista, V, 101, 30/10/1909, p. 2.
[27] “Una explicación necesaria”, La Confederación, I, 1, 15/3/1910, p. 3
[28] “Reunión extraordinaria del Consejo Confederal”, Actas de la CORA, 20/1/1910, p. 21.
[29] “Reunión del Consejo Confederal de Delegados”, Actas de la CORA, 6/2/1910, p. 20.
[30] “Reunión del Consejo Confederal”, Actas de la CORA, 1/3/1910, p. 22.
[31] “Una explicación necesaria”, La Confederación, I, 1, 15/3/1910, p. 3
[32] “Reunión del Consejo Confederal”, Actas de la CORA, 30/3/1910, p. 27.
[33] “Reunión del Consejo Confederal”, Actas de la CORA, 13/4/1910, p. 28.
[34] 7/11/1909, dos reuniones sin fecha precisa bajo el estado de sitio y 9/1/1910, Actas de la CORA, pp. 13, 16 y 17.
[35] García, Francisco J. “Federación Obrera Marítima: su origen y desarrollo, las luchas sostenidas”, La Organización Obrera, I, 33, 1/5/1918, p. 3.
[36] Boletín del Departamento Nacional del Trabajo, nº 40, febrero de 1919, p. 28.
[37] “Por la unificación obrera: reunión de la FORA, retiro del comunismo anárquico”, La Acción Socialista, VIII, 256, 9/11/1912, p. 1.
[38] “Por la verdad”, La Protesta, XVI, 1961, 15/12/1912, p. 3.
[39] “Dos palabras”, La Protesta, XVI, 1962, 22/12/1912, p. 1
[40] García, Francisco J. “Anarquismo y Comunismo”, en Ideas y Figuras, VI, 125 1/5/1915, p. 12.
[41] Bilsky afirma: “Siempre dentro del puerto, la FORA también domina a la organización de marineros y foguistas que se nuclean en la Liga Obrera Naval desde mediados de la década. Su continuadora, a partir de 1910, fue la Federación Obrera Marítima (Bilsky, 1985, p. 83).